Nadie es artista en su tierra
VOLTAJE ·
Para ver obras de López Cuenca o de Serrano Rivas es más fácil ir a Madrid que esperarlas en MálagaEl Premio Nacional de Artes Plásticas de este año se ha concedido al artista malagueño Rogelio López Cuenca y eso me produce alegría. Llevo admirando ... su obra con una cronografía que cubre desde los tiempos del colectivo Agustín Parejo School hasta sus últimos proyectos. En todos ellos ha demostrado lucidez, una postura crítica con lo establecido (lo que debería ser una de las prioridades para cualquier artista) y, en concreto, ha lanzando de manera insistente un discurso revelador sobre los procesos urbanos y culturales que hemos vivido en este territorio, mezclando en su arte la poesía con las herramientas de la cultura de masas, y explicando su percepción de las cosas con valentía, jugándose el veto que seguramente ha recibido con su crítica a este panorama que nos envuelve. El principal centro expositivo dedicado al arte contemporáneo en la capital malagueña no ha programado jamás una individual de López Cuenca. Otros ganadores del mismo premio que acaba de recibir, como Jaume Plensa, Santiago Sierra o Miquel Barceló, sí han sido programados en alguno de 'nuestros museos'. Otro ejemplo de que en Málaga hay que triunfar fuera para que te tengan en cuenta. Y, a veces, ni por esas.
De otra generación, la artista Leonor Serrano Rivas (nacida también en Málaga, en 1986) ha presentado en el Reina Sofía 'Magia natural', una exposición individual, tal y como ha hecho en otros centros europeos y alguno andaluz, pero nunca jamás en Málaga, en ninguno de los más de treinta 'museos' que enumeran las guías turísticas y el propio Ayuntamiento, dándose golpes de pecho y viniéndose arriba con las cifras, como si tener más museos nos hiciera más cultos, más creativos, o más importantes. Ningún centro debería estar obligado a programar a artistas malagueños, estaría bueno, pero llama la atención que, para ver obras de López Cuenca o de Serrano Rivas, sea más fácil ir a Madrid, o a cualquier otra ciudad, que esperarla en Málaga. El boom de los museos se traduce en eso: una explosión expositiva pero no necesariamente cultural, con centros públicos dedicados en exclusiva a un único artista, y ni uno solo al arte hecho aquí, que tampoco hace falta: mandar lo local al gueto tampoco parece decente, pero la impresión es que, si eres malagueño y quieres exponer en Málaga, tienes que dejarte ver en las inauguraciones, tener amigos, formar parte del 'tejido local', hincharte de canapés y de peloteo, mostrar una actitud complaciente y por lo tanto cómplice con el sistema del que quieres formas parte, actuar como si la disidencia en el arte fuera motivo de rechazo: eso solo sucede en lo local, donde tener contactos pesa más que tener currículum, y donde a quien levante la voz o esté fuera del círculo se le borra.
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