Borrar
El extranjero

Antonio Romero

Domingo, 1 de diciembre 2024, 01:00

Comenta

El cuerpo era de Sancho Panza, el espíritu de don Quijote. No era hidalgo de los de lanza en astillero ni adarga antigua, pero sí ... de los de galgo corredor. Antonio Romero cambió la lanza por la hoz y el escudo por el martillo. No estaba la cosa para hidalguías y blasones. El único león rampante que aparecía por Humilladero era el del trabajo. A los catorce años Romero estaba regando la tierra con el sudor de su frente, pero con la mirada alta en el horizonte del latifundio y del mundo. Rumiando la revolución. Le dieron los veinte años y a Franco se lo llevaron con los pies por delante del palacio del Pardo. Llegaba la libertad, y también la ira de algunos. Carrillo se deshizo de la peluca. Un viernes santo llegó el milagro y el PCE resucitó de entre los muertos. Y allí estaba aquel joven Romero dispuesto al vuelco social y a la hora de los justos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Antonio Romero