25 años de luz
VOLTAJE ·
Antes se gritaba 'no hay tanto pan' y ahora 'no hay tanta luz'Se ha formado un electrizante debate respecto al cambio en la tarifa de la luz atizado por la inquietante posibilidad de tener que dejar la ... plancha para la madrugada. Entra en vigor un nuevo sistema de precios que ayudará a que la interpretación del recibo eléctrica no dependa de haber cursado un máster en ingeniería. A partir de ahora será cuestión de organizarse.
La nueva factura, mayoritaria para los usuarios, propone un cambio de paradigma que conllevará de forma inevitable un golpe de cartera desigual según el modo de vida del iluminado en cuestión. Hay tres tramos: horas punta, horas llanas y horas valle, que son las que discurren entre la medianoche y las ocho de la mañana, es decir, el horario travesti, la hora en la que sale más barato planchar, poner un lavavajillas o cocinar a baja temperatura, y que ahora, en el trance último de la vida, es la hora de los que quieren ahorrar.
Se puede hacer una fiesta nocturna en el barrio de La Luz. Hace años, aunque es posible que en algunos hogares todavía siga siendo así, para los que vivíamos en la zona Este de Málaga, la ciudad terminaba en El Corte Inglés: más allá de ese edificio no había nada incrustado en nuestro imaginario como para seguir siendo Málaga. Entonces, en un improbable remix, me inventé un barrio de Málaga que se llamaba '25 años de luz' y que era el resultado de una confusión absurda entre 25 años de paz y La Luz.
Ahora que la ciudad ha crecido tanto y nosotros también nos acordamos de aquellos tiempos inocentones en los que la curva más mortal era la del precio del kilowatio, que podía subir o bajar según unas variables entre las que estaba el mismísimo viento. Baja la cuota que se paga por la potencia contratada, una cantidad inevitable pero que era tan grande y ocupaba tantos números en el subtotal que recordaba al 'plus de productividad' que tienen muchos funcionarios: un salario extra que se les paga simplemente por ir a trabajar, o para que no se les bajen los plomos. Para la derecha, este sigue siendo un gobierno socialcomunista pero con trazos de no ser social ni, desde luego, comunista. Esto tendría que hacérselo mirar el ministro de Consumo. Antes se gritaba 'no hay tanto pan', y ahora 'no hay tanta luz'. Mientras tanto, y desde la privatización, el subidón definitivo está en el beneficio de las eléctricas, que en 2020 multiplicaron por mucho sus ganancias respecto al año anterior. O quizá todo esté organizado para que la clase trabajadora haga la colada a las 3 de la mañana, aunque en realidad pensarán que las tareas domésticas y todo su jaleo es mejor resolverlo en domingo, para fastidiar a Dios.
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