¿Un alcalde sostenible o contaminante?
El alcalde de Málaga volvió en tren de la Cumbre del Clima y pidió un vaso de agua
El alcalde de Málaga pidió un vaso de agua anteayer a las 22 horas en la fiesta de Sur porque, explicó para justificarse, se había ... levantado a las 6 para participar en la Cumbre del Clima. Yo de mayor quiero ser como el alcalde pero quedándome un ratito más en la cama. Tomó el tren que en unos meses será más barato, lo que acercará de verdad Madrid. Pedro Sánchez, presidente en funciones, inauguró la cumbre a la que también llegará en tren desde Lisboa Greta Thunderg, a punto de cumplir 17 años, que no es mucho, pero habiendo superado la edad escolar obligatoria, lo cual conviene advertirlo porque muchos se muestran generosamente preocupados de que no esté en el instituto, a pesar de lo inclinado que se muestra el informe Pisa este año. Lo mejor del cambio climático es que muchos negacionistas están dejando de serlo y estamos tomando el problema como un problema. Greta Thunberg ha tardado 21 días en cruzar el Atlántico. En agosto lo cruzó por primera vez, en sentido contrario, empleando 14 días. Siguiendo esa progresión, la próxima vez que lo cruce tardará 28, y así sucesivamente hasta que tarde tanto que viajar sea estarse quieto, pero mareada. Qué suerte cruzar el mar en un velero y que te reciban en el puerto gente sonriente con banderitas. El alcalde volvió en tren de Madrid y lo recibieron con un vaso de agua y aplausos. A la Cumbre del Clima también va a acudir Ursula Von der Leyen, la nueva presidenta de la Comisión Europea, que tiene 7 hijos, con lo que contaminan los niños. Pedro Sánchez tiene sólo dos hijas, como Rodríguez Zapatero. Mariano Rajoy, con lo rápido que anda, también tiene dos hijos. José María Aznar tiene tres aunque habría que añadir un Agag, que es como un hijo.
Para calcular lo que cada cual contamina se pueden contemplar diferentes variables. Así, cuando Ursula Von der Leyen toma un avión con su familia, además de gastarse un dineral, dividiría entre cada miembro el total de emisiones de CO2 que le corresponden, resultando mucho menos que las de una persona que viaja sola. Viajar solo está bien, si no te tocan en la fila de atrás unos cuantos bebés de Von der Leyen, o de otra persona, pero la compañía amorosa llena (en este caso llena el avión). El alcalde de Málaga tiene cuatro hijos y viaja en tren, y encima bebe agua del grifo: un alcalde totalmente sostenible. Ahora bien, si dividimos las infraestructuras ciudadanas en funcionamiento a las 6 de la mañana entre las personas que andan a esa hora por la calle, casi todo va para el alcalde, que se volvería contaminante. Esto es un lío. Quizá bastaría, ahora que estamos tomándonos en serio la gravedad del cambio climático, con que el alcalde de Málaga se quedase un rato más en la cama. De todas formas estoy dispuesto a asumir una parte alícuota de lo que contamina el alcalde a las 6, y después me acuesto otra vez (es que decir alícuota cansa).
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