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EL MIRADOR

La realidad entretanto

A ver quién habla ahora de saneamiento integral, la carnavalada del metro o las escuelas de hostelería

Teodoro León Gross

Martes, 29 de diciembre 2015, 12:17

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La estela de las elecciones ha cubierto, como la ceniza de una erupción volcánica, el paisaje de la realidad. Desde hace días todo está sepultado por la aritmética parlamentaria, las líneas rojas, el constitucionalismo abstracto, las teorías sobre Borgen, la lógica nueva vs vieja política. A tres días del último plazo tras el último plazo después del último plazo para el 'vertido cero' en las costas. ¿quién habla de saneamiento integral? O del pleno municipal en que se votó cargarse la Oficina de Infraestructuras, con el 'socio' del alcalde reprochándole el «dedazo» del gerente por ser «su amigo del colegio». O el carrusel de los dirdis. Todo eso es ahora invisible, en la zona de sombra, con los focos apuntando a la política nacional.

Con las miradas obsesivamente sobre los cuarteles generales de Ferraz o Génova, o el circo catalán donde la CUP canta a tongo como quien canta bingo, no hay visibilidad ni siquiera para los efectos locales de las elecciones. Los focos apuntan a Snchz, Pablemos o 'el Rey Plasmado', pero no al fracaso del secretario de los socialistas en Málaga, que no ha sido capaz de recuperar un solo voto del naufragio del PP -ciento treinta mil votos perdidos aquí- en un entorno de fuerte tensión social: el PSOE ha logrado traspasar votos a Podemos, un partido dividido en Málaga con su nº1 enfrentado a la lista. Hay que admitir, eso sí, la coherencia de Heredia: una vez más, como en toda su larga trayectoria de derrotas, se confirma a sí mismo sobre las ruinas. Al menos Bendodo ha hecho leve autocrítica; nada muy heroico después de perder uno de cada tres votos, ¡casi veinte puntos! Todo eso quedó tapado por el fuego político nacional. Por el momento las preguntas son ¿habrá gran coalición?, ¿gobernará la izquierda?, ¿se salvará la legislatura o se repetirán elecciones?, ¿Cataluña qué?; y entretanto el silencio pesa sobre el penoso show del PGOU de Marbella o la imagen de Roca y Del Nido desde el olvido a los banquillos, o el conflicto de la basura en Málaga aplazado siempre sin resolver (la empresa se resiste a devolver los recortes a pesar de una sentencia judicial; ya se sabe, 'hay que respetar las sentencias . siempre que sean a mi favor') o la carnavalada del metro ya a nivel asociación de vecinos con el alcalde maniobrando, al expirar el plazo, para tramitar de nuevo el proyecto básico en su huida a ninguna parte; o las campañas desesperadas de las escuelas de hostelería con su 'star wars' de los michelines contra el Imperio de la Junta...

Con el incendio político al fondo, es difícil poner la mirada en el paisaje. Málaga tiene un 29% de paro. Un tercio de la población en riesgo de pobreza. Los accidentes laborales se disparan un 36%. Un paciente puede morir tras dos años en la cola para una colonoscopia. Nadie mira ahora, pero la realidad sigue ahí.

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