Kant... paña elemental
Esta campaña va tan en serio como la audiencia de Bertín o Maritere. ¡Programas, programas, programas!
Teodoro León Gross
Martes, 8 de diciembre 2015, 12:06
Este es un país en el que se puede eliminar la filosofía del bachillerato sin que nadie haga ruido, pero donde se puede montar una ... marimorena si un candidato admite no haber leído un libro de Kant.
¡No ha leído a Kant! clamaban las barras bravas. Se les veía escandalizados como Saza, el guardia civil de 'Amanece que no es poco', cuando descubre que un vecino ha plagiado a Faulkner: «¿Es que no sabe que en este pueblo hay verdadera devoción por Faulkner?».
Este es un país con tendencia a lo folclórico. Rajoy , aunque tardíamente, ha entendido eso mejor que nadie. Hace unos días recorrió la calle Larios presumiendo no de leer a Kant, sino de haber ganado al futbolín a Bertín: «¡8-1, 8-1.!». Zapatero dijo que «cualquiera puede ser presidente». Está claro.
Cuando un empresario malagueño le peguntó a Rajoy en La Sexta Noche «dimitiría usted si.», el presidente LE respondió: ¡Qué buen tiempo en Málaga! Rajoy parece aplicar aquella recomendación de Franco a sus colaboradores: «Haga como yo y no se meta usted en política».
Naturalmente Albert Rivera recomendó cualquier libro de Kant aunque acabó confesando «no he leído ninguno» y Pablo Iglesias recomendó 'Ética de la razón pura', un título que no existe. Tiene sentido.
En un país así, Rajoy ha explicado: «Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde». Bravo. Rajoy tiene la peor valoración de un presidente; y volverá a ganar. «Un vaso es un vaso y un plato es un plato», ha dicho. Es lógico.
Por cierto, el eslogan del PP es 'España en serio'.
-¿En serio?
Esta campaña va tan en serio como la audiencia de Bertín o Maritere. ¡Programas, programas, programas!
Sánchez reivindicó su condición de pionero en asaltar los platós de la tele. «Yo llamé a Jorge Javier. Fui el primero». Parece sentirse como un visionario, un pionero, un líder clarividente. En un mes ha perdido cuatro puntos en el CIS.
Ser presidente tiene sus exigencias. Quizá, eso sí, a los seguidores de Pablo Iglesias les habrá gustado su explicación para ir descamisado a la recepción de la Constitución: «La chaqueta no me queda bien; parezco un cantante de rumbas». ¡Presidente!
Celia Villalobos, defenestrada del nº1 en la lista de Málaga para cortar la sangría de votos, organizó un numerito circense en el Congreso -nada espontáneo- montando un pollo a Pablo Iglesias. Ya ha logrado más impacto en la campaña, más tiempo en el telediario, que cualquiera de sus conmilitones.
Obama, en un reportaje publicado por 'New Yorker' poco antes de ser presidente, decía: el público reconoce las buenas ideas, como una buena ley o una buena pieza musical. Estaba convencido de que las buenas ideas hacen ganar.
En fin, a falta de buenas ideas, habrá que intentarlo con buenas gracietas.
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