El rey de la concordia
Rafael J. Pérez
Martes, 3 de junio 2014, 11:40
El 2 de junio del 2014 ha pasado a la historia del Reino de España. El Rey Juan Carlos renunció ayer al trono en beneficio ... de su hijo Felipe. Y lo ha hecho sin las estridencias ni violentos incidentes a los que la historia de España asociaba la abdicación de un rey en la piel de toro. Parece que las cosas cambian. Los papas dimiten, los reyes renuncian La serena y emocionante decisión es tomada con normalidad. El proceso de relevo se produce en un entorno de plena normalidad y dentro de los cauces constitucionales. Y, aunque existen voces discordantes, todos en mayor o menor medida de forma unánime valoran la estabilidad que D. Juan Carlos ha impreso al discurrir de España en las últimas décadas. Los más de 38 años de servicio del rey a la nación española se confunden con los de la democracia felizmente recobrada tras una larga dictadura. Y eso, que inicialmente es algo obvio, tiene mucha tela que cortar. Como el momento histórico en el que renuncia al trono.
Al monarca que se marcha hay que agradecerle demasiadas cosas. Se marchan los grandes. Hace unos meses falleció Adolfo Suárez. Hoy Juan Carlos renuncia al trono. Se necesitan líderes a la altura del momento histórico que vivimos. Líderes que como el monarca que abdica se entreguen generosa y lealmente a la construcción y mejora de nuestra nación. Reconocer y agradecer la trayectoria de D. Juan Carlos, como han hecho los obispos españoles, supone valorar su contribución a la historia reciente de España, en particular a la instauración y a la consolidación de la vida democrática, con especial relevancia durante el periodo de la transición política. Su servicio a España ha sido de un extraordinario valor. Un servicio que encuentra su relevo en su hijo Felipe. Un hombre que ha acreditado su cualificación y competencia pero que debe estar acompañado en esta nueva incursión histórica por líderes con la cabeza bien amueblada que favorezcan, alienten y cultiven la convivencia pacífica de los españoles como ha hecho D. Juan Carlos el rey de la concordia.
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