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Pedro Sánchez durante la última cumbre de la OTAN en Bruselas. Efe
Cuando Sánchez rechazaba los indultos

Cuando Sánchez rechazaba los indultos

Hasta hace apenas un año, el presidente del Gobierno apostaba por «acabar» con esta medida de gracia, que ahora justifica en favor de la «convivencia»

María Eugenia Alonso

Madrid

Lunes, 21 de junio 2021, 12:16

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Con el posible indulto a los líderes del 'procés' se especulaba incluso antes de que pesara sobre ellos una condena. Aunque el Gobierno ha estado meses abonando el terreno para cuando el trámite llegara a la mesa del Consejo de Ministros, no fue hasta el pasado mes de mayo cuando abrió la puerta a conceder la medida de gracia con nitidez. «Hay un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia», aseguró Pedro Sánchez en el Congreso. Una respuesta que dista mucho de las dadas en los últimos tres años por el jefe del Ejecutivo y, sobre todo, con la postura que el socialista defendía sobre la figura del indulto cuando todavía no había llegado a la Moncloa.

Fue en julio de 2014, días antes de ganar el pulso a Eduardo Madina en las primarias a la Secretaría General del PSOE, cuando Sánchez en una entrevista para Cuatro, aseguró que él quería «poner fin a los indultos» porque, en su opinión, suponían una «injerencia del poder ejecutivo en decisiones del poder judicial».

Ya como líder socialista subió su apuesta e incluso criticó al Gobierno de Mariano Rajoy por recurrir a los indultos «más de lo debido». «Los indultos políticos deben acabar ya en nuestro país», zanjó entonces.

Durante meses y con la mirada puesta en las elecciones generales de 2015 defendió que su política pivotaría, entre otros asuntos, en «hablar del final de los indultos», la «limitación de mandatos» y en revisar los aforamientos. «Regeneración democrática es poner fin a indultos políticos, limitar los mandatos, lista cremallera...», aseguró en un acto en Asturias en abril de ese año. «Hay que acabar con los indultos políticos. Siento vergüenza y pido perdón a la ciudadanía por los del PSOE», dijo en otra entrevista en Cuatro.

Mantendría el mismo discurso contra esta prerrogativa durante su segunda etapa como secretario general del PSOE. Incluso con su llegada a la Moncloa tras descabalgar a Mariano Rajoy del Gobierrno y con la sentencia del Tribunal Supremo sobre la mesa no cambió de postura. «El debate del indulto no está encima de la mesa -dijo en octubre de 2019- ni porque el Gobierno lo ha planteado ni hasta incluso los independentistas lo quieren».

Diálogo con Esquerra

El 5 de noviembre, durante el único debate electoral del 10-N, el jefe del Ejecutivo rechazó de nuevo esta medida de gracia para los políticos condenados por el 'procés', negando también que hubiera pactado o fuera a pactar «con los independentistas» y poniendo mala cara imaginándose «sin poder dormir» en caso de tener que nombrar a Pablo Iglesias vicepresidente.

Dos meses después, Sánchez era investido presidente del Gobierno con el entonces líder de Podemos como vicepresidente y gracias a la abstención de los trece diputados de Esquerra. En su acuerdo con los republicanos, el PSOE pactó conformar una mesa de diálogo entre el Ejecutivo y la Generalitat en la que se discutiría el futuro encaje de Cataluña, sin temas vetados de antemano. Una vía que quedó empantanada antes de la pandemia. El atasco empezó ya cuando el independentismo exigió la presencia de un «relator», que el Gobierno rechazó. Tampoco ayudó el boicot permanente de JxCat a fin de que ERC no se beneficiara del acuerdo firmado con los socialistas.

Con el país sumido en una segunda ola de pandemia, el ministro de Justicia anunció en septiembre que su departamento iba a comenzar a tramitar los indultos solicitados para los iregentes soberanistas presos, conforme a lo establecido en la ley que los regula. Sánchez optó por rehuir una respuesta en claro hasta que el documento no llegase al Consejo de Ministros. «Cuando pase todo ese expediente, será entonces cuando yo responderé a su pregunta», dijo en Telecinco.

Por la «convivencia»

Era diciembre. En estos seis meses Sánchez ha cambiado de opinión y el Ejecutivo ha preparado la pista de aterrizaje para la medida de gracia. Tras un profundo debate interno en la cúpula del Gobierno, el presidente ha decidido actuar con «determinación», «audacia» y «valentía», como insisten en la Moncloa, y conceder los indultos a los líderes independentistas condenados por el 'procès'.

Un movimiento que se produce en contra del criterio del Tribunal Supremo, que calificó esta solución de «inaceptable», y de la Fiscalía, que advirtió que no pueden convertir en «moneda política de cambio» y que divide incluso al PSOE, donde la preocupación por el desgaste que la medida puede producir en un momento, además, en el que el PP se siente especialmente fuerte, es más que evidente.

Sánchez ha desoído los intentos de la oposición porque cambiase de opinión y diese marcha atrás sobre el perdón gubernamental a Oriol Junqueras y al resto de dirigentes secesionistas. «Aún puedes recuperar esa vergüenza y la coherencia rechazando los indultos», le exigía el líder del PP, Pablo Casado, antes de la concentración en Colón. «Se presentó a las elecciones diciendo que no iba a indultar a los golpistas, que se iba a cumplir la sentencia íntegra y eso exigimos», reclamó, por su parte, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

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