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El fiscal, los letrados de las dos acusaciones particulares y de la popular, la defensa y, sentado solo, el único procesado. Blanca Castillo
Una petición sexual antes del «fin del mundo»

Una petición sexual antes del «fin del mundo»

El juicio con jurado por el crimen de la niña de 17 meses Alicia enfila hoy su recta final. La defensa dice que el autor padece una enfermedad mental y la acusación, que actúa

david gonzález

Lunes, 10 de septiembre 2018, 13:19

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Es el primer juicio en el País Vasco con una petición foral de prisión permanente revisable sobre el tapete. Este sucedáneo de la cadena perpetua -de 25 a 35 años a la sombra- se dirige a un profesor de saxofón de 33 años y exmiembro de la banda municipal. Daniel M., que así se llama este sevillano afincado en Vitoria, está acusado de asesinar hace dos años y medio a la pequeña Alicia, de sólo 17 meses. También de quedarse en puertas de lograrlo con su madre, Gabriela, una joven de origen brasileño vecina de Burgos a la que conoció a través de una red social.

La semana pasada se cubrieron las cuatro primeras jornadas del juicio, con jurado popular. Seis mujeres y tres hombres decidirán si es culpable o si le eximen por una enfermedad mental jamás diagnosticada. En las más de veinte horas de sesiones ya transcurridas, las posiciones de acusación y defensa han quedado clarificadas. De manera cristalina.

Desde esta mañana y hasta el miércoles, cuando estos ciudadanos anónimos se retirarán a deliberar, se volverán a vivir intensas jornadas. Más de una veintena de peritos definirán si el procesado anda o no cuerdo. Si sabía lo que hacía o, por el contrario, actuó engañado por un cerebro enfermo. Como aperitivo, EL CORREO desgrana las claves de este proceso penal que ha generado enorme expectación. Tanto en la ciudadanía alavesa -por la atrocidad del caso-, como en el mundillo judicial -ante la novedad de la prisión permanente revisable-.

El mensaje de whatsapp

Pide sexo a la madre 30 minutos antes del ataque

El acusado, a lo largo de más de tres horas de declaración, insistió el miércoles en que vio «al diablo» en Gabriela y a «la semilla del mal» en su hija. Como percibió «el fin del mundo», decidió acabar con ambas. Semejante relato sugiere un claro desequilibrio mental. La defensa habla de una «enajenación mental» debido a «una grave enfermedad mental no diagnosticada, esquizofrenia paranoide». Sin embargo, media hora antes de atacarlas cuando ambas dormían en su dormitorio, envió un mensaje de whatsapp a la madre. Contenía una petición explícita de sexo oral. Para la acusación, es la prueba de que su versión apocalíptica responde a una cortina de humo para regatear la cárcel y acceder a un centro psiquiátrico.

Padres del encausado

Ya «oía voces» con 9 años, pero nunca le trataron

En este juicio no se discute la autoría. Daniel asumió los hechos en su testifical. El asesinato de la bebé y la tentativa sobre la madre, que salvó la vida al defenderse con uñas y dientes. Para la defensa, la «batalla bíblica» como llegó a definir los hechos su patrocinado, demuestra la imposibilidad para ser juzgado como una persona normal. En este sentido, los padres del acusado manifestaron que desde los 9 años ya «oía voces». Incluso que en las navidades de 2015, a menos de un mes de los terribles hechos, ocurridos la madrugada del lunes 25 de enero de 2016, les mencionó «el fin del mundo». Refirieron hasta cinco episodios extraños protagonizados por su hijo a lo largo de dos décadas. Aún así, jamás les pusieron en manos de ningún especialista. ¿La razón? «Porque él no quiso. La última vez me dijo que confiara y lo hice. Siempre», alegó su madre.

La declaración de dos ertzainas

El discurso «coherente» nada más ser detenido

Apenas cinco minutos después de matar a Alicia y de que se le escapara su madre, dos patrulleros de la Ertzaintza le detuvieron en el salón de su vivienda de alquiler en la calle Libertad. En ese momento de máxima tensión mantuvo un discurso «coherente», sostuvieron ambos agentes. Les dijo que «las he matado a las dos, a la madre y a la hija». Nada apostilló del «diablo», de «la semilla del mal» o del «fin del mundo», confirmaron ambos.

Una amiga íntima

Le define como una persona «dominante» en la cama

Una joven que tuvo una relación íntima con el acusado en los meses previos al ataque le tildó de «chico normal» a pesar de que «a veces se le iba la olla». Ella presenció un supuesto ataque sufrido por Daniel. «Se arrastraba por el suelo y daba gritos». Aquello derivó en una intervención policial. Esta chica dio más detalles. Cortó su relación al descubrirle en su ordenador vídeos con otras mujeres. «Tenía problemas con el sexo. Era insaciable y dominador».

Una veintena de peritos

Determinarán si era consciente de sus actos

Sus diagnósticos fijarán otro punto de inflexión. Más de una veintena de expertos desfilarán a partir de esta mañana por la Audiencia Provincial de Álava con el complejo cometido de argumentar si Daniel era consciente o no de sus actos aquella madrugada de enero. Los informes recopilados durante la fase de instrucción, etapa previa al juicio, apuntaban en la dirección de que sí sabía lo que hacía al atacar a la pequeña Alicia y a su madre, con la que había pasado el fin de semana sin mayores sobresaltos.

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