Leonor, eterna en Oviedo: baño de multitudes para la Alcaldesa Honoraria

Con media hora de retraso sobre lo previsto, con centenares de ovetenses y turistas y la ambientación de la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, la Princesa de Asturias llegó vestida con un traje de chaqueta y pantalón azul celeste combinado con un jersey negro a la plaza de la Constitución cerca de las doce y media de la mañana. Allí la aguardaban para el saludo oficial el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres; presidente del Principado, Adrián Barbón; la delegada de Gobierno en Asturias, Adriana Lastra; el presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, así como el resto de ediles de la Corporación municipal. Y allí se llevó las primeras muestras de cariño del público en su primer acto oficial tras llegar a Asturias.

Ya en el Salón de Plenos, el secretario municipal leyó durante poco más de un minuto el acta del nombramiento como Alcaldesa Honoraria por la «especial vinculación de la Casa Real con Asturias y Oviedo, así como el cargo de Leonor como presidenta de honor de la Fundación Princesa de Asturias». También como una «tradición en atención a la vinculación familiar e institucional» de la Familia Real con la ciudad.

Palabras que la protagonista escuchó con mucha atención de pie, con el regidor a su lazo izquierdo. Fue este quien se encargó de entregarle el Medallón con el escudo de la ciudad -que le ayudó a colocarse un miembro de la Casa Real-, la insignia y el bastón de mando. El breve y sencillo acto se cerró con una foto de la Princesa y la Corporación municipal. Posteriormente, la Heredera al Trono firmó en el Libro de Honor del Ayuntamiento y pudo observar, ya descubierta, la placa conmemorativa, con un texto similar al de su padre aunque con una excepción. Su toma de posesión coincidió en el año del sexto centenario de la creación del título de Príncipe de Asturias.

Ya cerca de la una de la tarde, la comitiva salió de la Casa Consistorial. La Princesa Leonor se acercó al perímetro de seguridad para saludar a los centenares de ovetenses y curiosos que mostraron su fervor monárquico. Los de las primeras filas lograron darle la mano a la Princesa y capturar con fotografías su paso por la calle Jesús y Pozos para entrar en el Edificio Histórico para recoger la Medalla de Asturias.