La mayoría de edad de la princesa de Asturias condiciona el calendario electoral

Para ese acto se espera una sesión solemne de las Cámaras legislativas –como la que acogió el Congreso en 1986 y que tuvo a Felipe VI como protagonista–, que no podría celebrarse de estar disueltas las Cortes como consecuencia de una convocatoria electoral.

De acuerdo con la ley electoral, los comicios se tendrían que convocar, como fecha máxima, el 10 de diciembre. Es decir, cuatro años y un mes después de las generales del 10-N. Según se recoge en el artículo 42 de la citada norma, si el presidente del Gobierno no decide adelantarlas, las Cámaras se disuelven 25 días antes de la última convocatoria electoral para fijarse la fecha de las elecciones 54 días después. Esto supondría que las Cortes se disolverían el 16 de octubre de 2023, dos semanas antes del cumpleaños de Leonor de Borbón.

Sin embargo, hay otras teorías jurídicas que apuntan a que el plazo para disolver las Cortes y convocar elecciones no debe contarse desde la fecha de las últimas generales, sino de la constitución de las Cámaras, que en este caso fueron formadas el 2 de diciembre de 2019, o desde la investidura del presidente, que fue el 7 de enero de 2020. Mariano Rajoy, ya en el 2015, se planteó prolongar la legislatura por esta vía y hasta encargó informes para hacerlo, pero finalmente se echó para atrás.

Sobre toda la complejidad que se puede avecinar, la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación propuso el pasado octubre o bien que se disuelvan las Cámaras con antelación suficiente para que las nuevas estén debidamente constituidas el 31 de octubre o que se alargue el mandato de las dos Cámaras hasta su extinción.