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Piluca Íñigo, familiar de dos pasajeros, habla con los medios en el Aeropuerto Madrid-Barajas. Pablo Cobos | Vídeo: Atlas

«Hemos pasado más nervios que los que estaban en el avión»

Las caras de tensión de los familiares y amigos de los pasajeros del vuelo de Air Canada contrastaba con la tranquilidad de estos

Lunes, 3 de febrero 2020, 21:27

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Los rostros de los familiares y amigos de los 128 pasajeros del vuelo de Air Canada pasaron de la preocupación a la alegría inmensa en solo tres horas. Las mismas que separaron el momento en el que llegaron a la sala privada de AENA de la Terminal 2 del Aeropuerto de Barajas, donde habían sido citados a partir de las 16:30 horas, hasta que fueron trasladados a la sala VIP Lozoya de la Terminal 1 a las 19:30 horas, justo después de que les comunicaran que la pesadilla del aterrizaje de emergencia se acababa de convertir finalmente en el sueño del reencuentro con sus seres queridos.

«Han sentido perfectamente cómo reventaba la rueda», explicaba Julia Muñoz, que había acudido a la T1 para despedir a un compañero de trabajo que volvía a Toronto, la capital económica del país norteamericano. «Hemos pasado más nervios nosotros en tierra que los que estaban en el avión», añadía después de comprobar que su amigo estaba bien y que, en breve, podía verle en la ya entonces custodiada sala por varios agentes. La compañía, mientras, informó al pasaje que intentará reubicar a todo el mundo en los vuelos que salgan este martes para Canadá. «Maravillosamente. ¡Viva!», respondía una mujer del vuelo AC837 mientras abandonaba el aeródromo madrileño.

Fuera de la sala VIP, convertida en el cuartel general del operativo, una decena de agentes de la Policía Nacional de la UIP estaban desplegados para coordinar toda la operación. Nadie se podía acercar a menos de 20 metros. Con buenos modos y sequedad, los agentes invitaban a los curiosos a marcharse de la zona. Ese lugar estaba vetado para todo el mundo, salvo al profesional autorizado y a los familiares de los pasajeros del Air Canada.

Unos seres queridos que llegaron, en su gran mayoría, juntos. Más de cuatro horas de espera permitieron que se organizara a los familiares, que se les explicara qué estaba pasando en el Boeing y que tenían que hacer. «Hemos estado en comunicación y todo ha ido perfecto. Al principio teníamos incertidumbre, pero ya estamos más tranquilos», explicaba Piluca Íñigo tras saber que el aparato había tomado tierra. Su hermano y su cuñada viajaban de regreso a Canadá tras pasar unos días en Madrid.

Dentro, las frases de agradecimiento a la tripulación del avión y a los trabajadores del aeropuerto habían sido la tónica. «Si hubiera sido más grave seguro que lo hubieran hecho igual de bien», afirmaba Muñoz, con un gesto que reflejaba la liberación por el estrés padecido y que, curiosamente, contrastaba con los rostros de tranquilidad y cansancio de los pasajeros que abandonaban la sala, en grupos de cinco y escoltados por la Guardia Civil. Si no fuera por los agentes, cualquier observador de la escena pensaría que acaban de desembarcar de un vuelo plácido.

Pasajeros y pilotos del vuelo de Air Canada salen de la Terminal 1 del Aeropuerto Madrid-Barajas. Pablo Cobos
Imagen principal - Pasajeros y pilotos del vuelo de Air Canada salen de la Terminal 1 del Aeropuerto Madrid-Barajas.
Imagen secundaria 1 - Pasajeros y pilotos del vuelo de Air Canada salen de la Terminal 1 del Aeropuerto Madrid-Barajas.
Imagen secundaria 2 - Pasajeros y pilotos del vuelo de Air Canada salen de la Terminal 1 del Aeropuerto Madrid-Barajas.

Mientras tanto, fuera del cordón policial que formaban policías y periodistas se agolpaban otros viajeros, con más fortuna, que describían con respeto lo que veía. «Ah, son los de 'el vuelo'», decían en singular, sin necesidad de dar más explicaciones. Otros, más despistados, preguntaban en voz alta: «¿A qué famoso estáis esperando?».

Poco a poco los pasajeros fueron llenando los tres autobuses que les esperaban en la carretera de acceso a la terminal, y partieron luego rumbo a sus casas -u hoteles en el caso de los extranjeros-en torno a las 21:50 horas. Dentro, ya fuera de los objetivos, se podían ver abrazos y besos entres ellos. La mayoría será reubicada este martes en otros vuelos a Canadá. Sin más sobresaltos, esperan.

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