España ya ha gastado más de 500 millones de euros en elecciones generales desde 2015
Tras el fracaso de la reciente investidura, de no darse un acuerdo sorpresa antes del 23 de septiembre, se convocaran los cuartos comicios generales en menos de cinco años
Tras el reciente fracaso de investidura de Pedro Sánchez ya hay quien va más allá y no solo piensa en analizar las disputas o ... estrategias políticas. Ni el problema «de la izquierda» para entenderse, o de las relaciones personales entre candidatos. Obviando todo eso, los partidos y colores, hay quien ya se mira el bolsillo y se cuestiona por el gasto que supone para las arcas públicas organizar unas nuevas elecciones. El precio, más allá del tiempo perdido sin políticas permanentes (que va por descontado), asciende a cifras relevantes. El dato más contundente es que los españoles llevamos gastados más de 600 millones de euros para votar desde 2015. Una cantidad que también cuenta las últimas elecciones autonómicas y municipales.
Pero... ¿cuánto cuesta organizar unas nuevas elecciones generales en particular? Comparando los datos de los últimos comicios entre 2015 y abril de 2019, la primera cantidad oscila entre 130 y 140 millones de euros, según datos del Ministerio del Interior. Pero luego hay que añadirle otros entre 40 y 50 millones en subvenciones a los partidos políticos que se presentan. Por lo que el total puede ascender hasta los 170 o 180 millones. Las últimas elecciones ascendieron a 175 millones.
Un desglose aproximado
Unos 130.000.000 € son para gastos de organización, es decir, desde el servicio de Correos (voto a distancia, buzoneo y propaganda) a la impresión de papeletas pasando por todos los recursos utilizados de la Administración Pública (que va desde el despligue de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hasta todo el entramado logísico encargado de la votación y el recuento). Una clasificación aproximada y con los datos de la última vez que los españoles fueron a votar para un presidente del gobierno fueron: 48 millones a Correos (la partida más elevada); 13 millones en seguridad y otros 7 en personal de la Administración; 12,8 millones a labores de escrutinio y difusión de datos (ese día participan entorno a 172.000 ciudadanos con dietas de algo más de 60 euros la jornada); otros 12,5 millones a logística; y unos 6 millones para la Oficina del Censo Electoral.
Y luego están las subvenciones a los partidos políticos para sus gastos electorales. El Estado, de acuerdo a una orden ministerial que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) a principios de marzo, facilita a las diferentes organizaciones unos recursos que van ligados a los votos recibidos y los escaños conseguidos. Esto asciende en total a unos cerca de 50 millones a repartir. Para concretar, cada escaño del Congreso y del Senado se pagará con 21.167,64 euros. Pero existe un límite: comparandolo con La Liga de fútbol, los partidos tiene un tope de presupuesto, y salvando las distancias, con eso tienen que competir. También hay un límite para los más «poderosos». Esta fórmula señala que los partidos podrán gastar como máximo 13,65 millones de euros.
Más de 500 millones de euros en elecciones generales desde 2015
La popular lesión conocida como «codo de tenista» (epicondilitis lateral) bien puede estar en riesgo de perder su popularidad por la de «codo de votante». En menos de cinco años, los españoles están destinados, sino ocurre una sorpresa, a cumplir de nuevo con el derecho-obligación de acudir a las urnas. Todo esto después de acumular ya comicios municipales, autonómicas y europeas. Traducido en números, el dinero empleado para ejercer el gesto más básico de una democracia en España en el último lustro asciende a cerca de 600 millones de euros. Solo en comicios generales hay que contar tres citas: 2015 (185 millones de euros), 2016 (174 millones) y 2019 (175 millones), en total unos 534 millones que se convierte en otra de las secuelas que deja la inestabilidad política nacional.
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