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Casado logra despedirse del Congreso con un aplauso de los suyos

El aún líder del PP aprovecha la sesión de control al Gobierno para reivindicar a su partido y una política de «valores nobles»

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Miércoles, 23 de febrero 2022, 09:57

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No hizo la pregunta que había registrado para la sesión de control al Gobierno cuando aún era el líder indiscutido e indiscutible del PP. Pablo Casado se había empeñado en intervenir este miércoles, seguramente por última vez, ante el pleno del Congreso pese a la recomendación en contra de la dirección de su grupo parlamentario que la víspera le había dado la espalda en un comunicado en el que le instaba a convocar ya un congreso extraordinario. Ahora se sabe que más que una última confrontación con el presidente del Gobierno lo que buscaba era despedirse con cierta dignidad. Y lo hizo. Terminado su turno, abandonó el Hemiciclo sin asistir a lo que quedaba de debate.

El aún formalmente presidente de los populares, abandonado, con muy contadas excepciones, hasta por quienes habían sido sus más fieles colaboradores, logró poner al menos en pie a toda la bancada popular en su adiós parlamentario con un alegato a favor de la unidad de los españoles y de una política practicada desde el compromiso con «los valores más nobles», el «respeto al adversario» y la «entrega a los compañeros». La política que, adujo, encarna su formación. Incluso sus más críticos, como la exportavoz del partido en la Cámara baja, Cayetana Álvarez de Toledo, secundaron el gesto de deferencia. Una imagen algo reconfortante para un líder vapuleado.

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Lo que sobre el papel estaba previsto era que Casado arremetiera contra el jefe del Ejecutivo por sus pactos. «¿Cuánto más está dispuesto a ceder a su socios independentistas para seguir en la Moncloa?». Esa era la pregunta que aparecía en el orden del día. En su lugar, y con un tono radicalmente opuesto al que cabía intuir de ese enunciado, optó por la vía asertiva «Ya le dije en la investidura que nuestra responsabilidad era ensanchar el espacio de la centralidad para que tanto el PP como el PSOE pudiéramos ganar con él sin necesidad de pactos con los que no creen en España», dijo. «Espero que el Gobierno se ponga al servicio del interés general porque es a ellos-añadió tras citar a los mayores, las familias o los jóvenes- a quienes nos debemos».

Vídeo.

Crítica con guante de seda

El jefe del Ejecutivo, muy consciente de la situación de su hasta ahora rival, evitó hacer leña del árbol caído. «Desde la diferencia y la discrepancia política, le deseo en lo personal lo mejor», comenzó por decir. Como el propio Casado, Sánchez no eludió la crítica a la acción política desarrollada por su oponente e incluso puso en cuestión el discurso de la reconciliación y la unidad y la moderación enarbolado por el líder del PP pero, también como este, lo hizo con guante de seda.

«Sucede que en estos dos años la oposición se ha instalado en la descalificación constante, negando la propia legitimidad de este Gobierno emanado de la voluntad popular -dijo- . Nosotros nos vamos a actuar así, tenemos muy claro cuál es nuestra responsabilidad- España necesita estabilidad y recuperación económica». Con ese argumento, reiteró lo que ya dijo el pasado viernes, en pleno estallido de la crisis en el PP, que no disolverá las Cortes Generales para adelantar elecciones.

«No lo vamos a hacer porque por mucho que ustedes se han empeñado en lo contrario -reivindicó- este es un Gobierno con sentido de Estado que va anteponer el interés general a cualquier otra cosa. Y cuando toque, competiremos legítimamente en base a nuestros méritos y no a las debilidades del adversario».

El 'último' discurso de Pablo Casado

«Gracias señora presidenta, señor presidente,

Los españoles hemos construido con coraje una de las grandes democracias del mundo, frente a muchas amenazas, como la que vivió esta Cámara hace hoy justo 41 años en un golpe de Estado.

Fuimos capaces de superar las enemistades y fracturas con un pacto constitucional ejemplar, con lealtad y gratitud a los que nos han precedido. La concordia y la reconciliación han guiado desde entonces la vida de todos los españoles frente al rencor y la ira.

España se encontró a sí misma y encontró su lugar en el mundo, conquistando la libertad y la prosperidad. Hoy le reitero lo que le dije en su debate de investidura: que nuestra responsabilidad era ensanchar el espacio de la centralidad para que tanto el Partido Popular como el Partido Socialista pudiéramos ganar en él. Sin necesidad de pactos con los que no creen en España, ni de alianzas con los que atentaron contra ella.

Esa ha sido siempre la trayectoria de mi partido, en el que militaron cuatro de los siete padres de la Constitución, la familia política que fundó la Unión Europea, la casa de tantas víctimas del terrorismo que dieron su vida por la libertad, y el motor que ha creado millones de empleos para sostener el bienestar.

En esta época tan difícil, al final de una terrible pandemia y al inicio de una crisis internacional, nuestro deber es devolver la tranquilidad a nuestros mayores, la esperanza a nuestras familias, y la ilusión a nuestros jóvenes. Espero que el Gobierno se ponga al servicio del interés general con respeto a las instituciones, a la unidad nacional y a la igualdad de todos los españoles.

Porque es a ellos a quienes nos debemos. A nadie más. Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros.

Todo para servir a España y a la causa de la libertad. Porque ese es el futuro que merecen nuestros hijos y que debemos construir todos juntos.

Muchas gracias».

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