El acuerdo prima en la elección de los delegados para el congreso del PSOE

El secretario general electo se impuso en las primarias del 21 de mayo, pero para obtener el control del partido aún debía asegurarse que los suyos sean mayoría en el cónclave que se celebrará entre el 16 y el 18 de junio. Y es que aquél que cuente con más delegados en el Congreso, será el que decida el modelo de partido, que incluye la elección de la nueva ejecutiva, y el rumbo político que adoptarán los socialistas a partir de ahora. Entre los planes avanzados por el vencedor de las primarias para el Congreso, están por ejemplo fijar la defensa de la plurinacionalidad del Estado, el catalogar como un error la abstención en la investidura o eliminar cualquier referencia a los adversarios populistas. Pero para ello necesita contar con mayoría.

Ante el temor de que la federación andaluza, que aporta un 25% de los delegados, desvirtuase los resultados de las primarias a favor de Susana Díaz, Sánchez había reclamado los días previos a este fin de semana que se pactaran listas de integración con el fin de que en el Congreso se reflejase la voluntad que la militancia expresó el 21 de mayo. Es decir, que el reparto le diese a él un 50% de los delegados, un 40% para Díaz y y el 10% restante para Patxi López. A priori los acuerdos entre las distintas familias permiten a Sánchez contar con una mayoría para la ejecutiva, aunque deberá atraerse apoyos externos para sacar adelante su programa.

Una de las claves en el discurrir mayoritariamente pacífico del fin de semana fue Andalucía. Allí la presidenta de la Junta rehusó plantar batalla y aunque se hizo con una mayoría de delegados accedió también a integrar a los afines Sánchez. Solo en Huelva no fue posible en entendimiento y finalmente se aprobó una lista en la que solo figura una afín al nuevo secretario general. En Sevilla, lugar emblemático para los socialistas, Díaz accedió a liderar una candidatura que comparte con destacadas figuras sanchistas y que se han opuesto a ella públicamente. Otro ejemplo de integración fue Asturias, feudo de Javier Fernández pero donde Sánchez ganó las primarias. La lista encabezada por la sanchista Adriana Lastra cuenta con 24 afines al secretario general, 18 a Díaz y cuatro a López.

Pese al acuerdo generalizado, hubo algunas excepciones. En Alicante, el secretario general provincial, David Cerdán, presentó su dimisión a causa de un proceso que, según acusó, decidieron «los dos o tres de siempre en una mesa camilla a oscuras y sin contar con nadie». En Pontevedra, los partidarios de Díaz se ausentaron de la votación.

Moción de censura

La capacidad del PSOE para mantenerse unido se volverá a poner hoy a prueba. Será con la reunión que mantendrán Sánchez y el presidente de la gestora, Javier Fernández. Ambos dirigentes deberán aparcar su animadversión mutua para pactar la posición de los socialistas en la moción de censura que ha presentado Unidos Podemos y que se debatirá el 13 de junio.

Fernández es partidario de votar en contra, pese a que desde Unidos Podemos la estrategia consiste en responsabilizar ante el electorado de izquierda al PSOE de sustentar a Mariano Rajoy en la Moncloa. Por el lado del secretario general, sin embargo, todo apunta a que la opción favorita es la abstención, una maniobra que permitiría esquivar las insinuaciones de Pablo Iglesias a la vez que evitaría votar junto al PP. Según resumió el viernes José Luis Ábalos, quien será uno de los pesos pesados de la nueva ejecutiva, desde el sector sanchista se comparte el motivo de la moción de censura pero no el candidato alternativo a Rajoy, en referencia a Pablo Iglesias.