El asesor fiscal de la Familia Real se desmarca de los delitos de Aizoon

Rubio, a quien Urdangarin y la infanta situaron como una de las personas designadas por Zarzuela para controlar sus movimientos, ha asegurado ante el tribunal que juzga el caso Nóos que nunca, jamás se ocupó de las cuentas de esas sociedad, ya que su trabajo se limitó exclusivamente a confeccionar las declaraciones de IRPF y de Patrimonio del matrimonio, no de la empresa. Además, ha resaltado que, aunque siguió haciendo ese trabajo para Cristina de Borbón hasta 2010, dejó de realizar las declaraciones personales de Urdangarin en 2001, antes de su incorporación al Instituto Nóos y antes de que Aizoon cometiera los supuestos delitos fiscales por los que se sientan en el banquillo los exduques y que datan de 2007 y 2008.

El testigo ha reconocido que es un alto cargo de Hacienda, exactamente adjunto a la Dirección General de Tributos, pero que el hecho de que elaborara las declaraciones de la Familia Real, incluida la de Juan Carlos I, no tenía nada que ver con su función, sino que lo hizo por amistad, como también ayuda con ese trámite a una amiga de mi hijo o a mi portero. No tiene absolutamente nada que ver con mis funciones. Ayudaba por amistad y relación. No tenía ningún compromiso, ha insistido, antes de aclarar que ese trabajo de asesoría fiscal no era remunerado.

En su breve declaración ha insistido en desvincularse de Urdangarin, de Nóos y de Aizoon pero ha terminado reconociendo que de manera colateral sí que terminó conociendo datos fiscales del exduque cuando siguió haciendo las declaraciones de la infanta. Así, ha admitido que contactó con los asesores de Nóos, Miguel y Marco Tejeiro, para conocer datos fiscales de exduque.

La información que necesitaba sobre Cristina de Borbón, ha explicado, se la facilitaba Carlos García-Revenga.