El niño hallado en una maleta en Oviedo falleció una semana antes de su localización

En esas mismas diligencias está también la declaración ante la jueza de David F., al que le imputa, al igual que a su pareja, Fadila C., un delito de asesinato con ensañamiento y alevosía, otro de maltrato habitual y un tercero de lesiones. En esa declaración, el joven gallego de 33 años da su versión de lo sucedido. Siempre según su declaración, el suceso ocurrió en la fecha fijada en la autopsia. El día antes, el viernes 24, David F. salió del taller en el que trabajaba y con el dinero de su sueldo compró grandes dosis de cocaína que ingirió acompañándola de abundante alcohol. Drogado, llegó a casa y pidió más dinero a su pareja para seguir consumiendo. Ante la negativa de esta, decidió acudir a su lugar de trabajo y robar dos ordenadores más el dinero que encontró en efectivo, sin que le importase que le grabasen las cámaras de seguridad. Con el dinero obtenido, siguió comprando y consumiendo cocaína.

En la madrugada del sábado al domingo, siempre según su versión, volvió al domicilio familiar y volvió a pedir dinero a su pareja, lo que desencadenó una fuerte discusión. Ante la virulencia de la escena, Fadila C., habría decidido abandonar la casa, dejando a su hijo, que dormía, con David F. Los gritos y la pelea despertaron al pequeño, al que el joven gallego dio una bofetada para que se callara. Al no lograrlo, según su propio testimonio, comenzó a darle una paliza que terminó con su vida.

La primera reacción de David F. fue, según su testimonio, envolver el cuerpo del menor en una manta y ocultarlo entre las zarzas en las que apareció una semana después. Después, planeó una forma de ocultar mejor el cadáver y ocultar pistas. Primero, según su declaración, se le ocurrió llenar una maleta con ropa y los juguetes del niño que más utilizaba, un objeto que pensaba tirar a un contenedor para tener una coartada ante su pareja. Tras pensarlo mejor, decidió tirar el contenido de la maleta y meter al niño dentro, para dejarlo en el mismo lugar donde, dice, lo había tirado horas antes.

David F. señaló ante la jueza que, cuando volvió a ver a Fadila C., decidió decirle que el niño estaba con su hermana en La Coruña y que había llegado a un acuerdo con los responsables del taller en el que trabajaba para desarrollar su labor "casi gratis", hasta que saldase la deuda por su robo. Las pocas expectativas económicas le sirvieron de excusa, según su declaración, para convencer a Fadila C. de huir a León, donde se prostituyeron y sigueron consumiendo drogas mientras les buscaba la policía. Una huida que termina cuando se entregan, el pasado lunes.

Fadila C., en la declaración que está en las mismas diligencias, señala que ella en ningún momento supo que su hijo estaba muerto, que creía que estaba con una hermana de su pareja en La Coruña y que pensaba que pronto irían a verlo. Además, insistió en que su pareja no le dejaba acceder a los medios de comunicación para que no supiera lo que había ocurrido con su hijo.

La jueza, tras escuchar la declaración de ambos, decidió decretar prisión comunicada sin fianza para los dos, a quienes les imputa los delitos de asesinato con ensañamiento y alevosía, lesiones y maltrato habitual.