El verano calienta el precio de la electricidad

El nuevo sistema de precios que rige para los clientes de la antigua TUR establece que el término de energía será la suma de la parte variable de los peajes de acceso (que sirven para sufragar las actividades reguladas del sistema, como el transporte, distribución o las antiguas primas a las renovables) y del precio de la electricidad en el mercado mayorista diario. Este precio se ajusta con posterioridad a unos perfiles de consumo elaborados por Red Eléctrica. Un mecanismo que viene a sustituir a las extintas subastas Cesur, en las que las comercializadoras compraban la electricidad que habrían de administrar a los clientes de tarifa durante un trimestre. Por tanto, los nuevos precios cogen como referencia un mercado sometido a una gran volatilidad.

Durante los tres primeros meses del año, el pool marcó una media de 25,80 euros MW/h., gracias a la extraordinaria contribución de las energías renovables (fundamentalmente eólica) y la gran hidráulica a la generación de electricidad. Tecnologías que ejercen un efecto depresor sobre el mercado. Tanto para ese trimestre como para el segundo, y mientras se articulaba el nuevo sistema, el Gobierno decretó un precio administrativo de 48,48 euros. De ahí que las empresas que comercializan la electricidad tengan que reintegrar a sus clientes (sólo a los de PVPC) 310 millones de euros por el sobrecoste facturado en enero, febrero y marzo. Habrá una segunda devolución cuya cuantía no se ha establecido, esta vez correspondiente a los meses de abril, mayo y junio, que arrojaron un precio medio de 40 euros MW/h.

En este contexto, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, se apresuró a destacar las bondades del nuevo mecanismo, que en su opinión haría pagar menos a los consumidores. Un mensaje triunfalista que, a tenor de la evolución del mercado, se ha visto obligado a matizar. A finales de julio, Soria hubo de admitir que el precio de la electricidad subiría en la segunda mitad del año pero que, aún así, en el cómputo total será inferior al de 2013.

La razón es que a partir de mayo el mercado tomó una senda alcista: terminó ese mes con 42 euros por MW/h, para dispararse definitivamente en los siguientes meses: 50,95 euros en junio, 48,21 en julio, y algo más de 49 en lo que llevamos de agosto. Así, en los últimos tres meses el pool ha marcado una media de 49,50 euros, prácticamente el doble que el que se registró en enero, febrero y marzo (25,8 euros). Con el final de la primavera y el comienzo del verano el viento sopló con menos intensidad, y la lluvia cesó. Por tanto, la energía eólica y la hidráulica cedieron hueco en el mercado a tecnologías más caras como la térmica o la de ciclo combinado, con el consiguiente aumento de precios.

El consumo de las empresas

Por otro lado, el consumo eléctrico de las grandes y medianas empresas aumentó en julio un 4,3% con respecto al mismo mes del año anterior, según los datos del Índice Red Eléctrica (IRE). Por sectores, el consumo industrial creció un 6,5%, y el de los servicios bajó un 1,1%. Según el índice, en los últimos doce meses el consumo eléctricos de estas empresas una vez corregidos los efectos del calendario laboral y las temperaturas, ha aumentado un 3,1% respecto al mismo periodo de 2013. Y, siguiendo el patrón de julio, ha sido la industria la que ha tirado del consumo, con un incremento del 5% (los servicios bajan un 2,1%).

Los datos desagregados por actividades muestran un importante incremento en el consumo eléctrico de la metalurgia (+7,9%), seguida de la fabricación de otros productos minerales no metálicos (+7,4%), la industria de la alimentación (+4,1%) y la química (+3,4%). Por el contrario la del papel cayó un 3,1%. El consumo de electricidad es uno de los termómetros más fiables a la hora de medir la salud de la industria. En este sentido, estos datos refrendan lo apuntado por otros indicadores (precios, producción, pedidos) que evidencian un cierto despegue en la actividad de la industria española.