¿Negro, tradicional negro, dónde fuiste a parar?

Al menos, en todos los botines de la selección uruguaya que se alista para disputar el Mundial de Brasil. Así algunos, los más renombrados, pueden tener su modelo personalizado, hecho a la medida y caprichos, con el nombre o sus iniciales grabadas. Otros le pueden agregar el habitual número que los identifica en el dorsal y algunos hasta la bandera uruguaya. Pero el color negro parece que ya es historia.

Los botines también pueden ser de cobertura baja, que son la mayoría, aunque comienzan a aparecer algunos modelos tipo bota, que cubren hasta el tobillo. Un estilo, quizá más acorde con el de los jugadores de baloncesto.

Después, en medio de la similitud de colores y diseños viene el trabajo de identificación, generalmente a cargo de los utileros de la selección uruguaya que con esmero día a día limpian y acondicionan la "herramienta" para que ninguno de los famosos extrañe o tenga razones para reclamar antes de los entrenamientos o los partidos.

Con esmero, los asistentes forman los botines de los jugadores de la Celeste en perfecto orden, siguiendo el orden del número de cada uno de los componentes de la plantilla.

'Ceremonia' previa

Hoy, en medio de un estadio vacío y de medianas dimensiones como es el Arena do Jacaré, de la ciudad brasileña de Sete Lagoas, la ciudad donde Uruguay montó su cuartel general en la fase de grupos del Mundial, la primera incógnita para los ayudantes consiste en definir dónde dejar los zapatos.

Se trata de una suerte de "ceremonia previa", casi un ritual a minutos del comienzo del entrenamiento.

Después de algunas dudas, la solución salta a los ojos: será donde los zapatos coloridos brillen y emitan sus destellos vivos.

Luz, vitalidad...

Y del tradicional y clásico negro ni una noticia.

Quizá pasó al exilio.