Suzuki Swift 2024: es uno de los más olvidados, pero sigue siendo de los mejores

Todas estas bondades le hacen un producto que, por mucho que pase desapercibido, es de lo más interesante, más aún si tenemos en cuenta su precio de partida: 18.500 euros.

El nuevo Swift mantiene receta, pero mejora prácticamente en todo, especialmente en el apartado tecnológico, donde precisaba de una urgente renovación. Eso sí, no todo son buenas noticias, pues desaparece la versión Sport del catálogo.

A nivel estético los cambios realizados son más propios de una evolución que de una revolución. La cuarta generación mantiene un diseño continuista que nos permite reconocer que estamos ante un Swift de un simple vistazo. Tanto es así que para un ojo inexperto podría tratarse simplemente de un restyling que de una nueva generación (lo cual, teniendo en cuenta que no estrena plataforma, podría llegar a entenderse). Pero nada más lejos de la realidad, pues aunque sean discretos y se opte por el mismo juego de formas, la estampa cambia por completo. Luce nuevas ópticas, una parrilla de mayor tamaño que le otorga una presencia más aplomada en la carretera y una cintura horizontal y alta bien pellizcada. Calca medidas a la generación anterior, a excepción del largo, donde crece 1,5 centímetros.

En el interior, la gran protagonista es la nueva pantalla de infoentretenimiento de nueve pulgadas que preside el salpicadero. Ofrece unas gráficas y resoluciones más actuales y no nos obliga a pasar por el cable para la sincronización con Apple Carplay y Android Auto. Contamos con carga inalámbrica en la consola central y freno de mano manual en todas sus versiones. Aliciente para algunos y desactualizado para otros.

Contamos con apertura y arranque sin llave, asistente en pendiente, control de crucero con mantenimiento de distancia, asientos delanteros calefactados a partir del segundo acabado, cámara trasera y algunos ADAS de serie.

La ergonomía es uno de los puntos más fuertes de este coche. Contamos con mandos físicos separados de la pantalla para la climatización, así como un volante multifunción que permite manejar multitud de funciones sin necesidad de apartar las manos del aro.

El maletero, al compartir plataforma con la generación anterior, calca medidas y espacio: 265 litros.

Los materiales utilizados en general son sencillos, con plásticos duros para la gran mayoría de superficies. Este es uno de los aspectos que ha permitido mantener un precio tan competitivo frente al resto de sus rivales y tan similar al de la generación anterior a pesar del salto tecnológico.

El nuevo utilitario nipón solo se ofrecerá con una única motorización tricilíndrica de 1,2 litros de cilindrada e hibridación ligera. Es capaz de desarrollar 83 caballos a 5.700 vueltas y 112 Newton metro de par a 4.500 revoluciones por minuto. Lo podemos acoplar a una transmisión manual de cinco velocidades o a un cambio automático CVT, que pueden enviar la fuerza tanto a las ruedas delanteras como a las cuatro ruedas.

La aceleración del cero a cien, dependiendo de tracción y cambio elegido, varía desde los 11,9 segundos hasta los 13,6 segundos. Lo mismo ocurre con la punta, que va desde los 160 a los 170 kilómetros por hora.

El punto fuerte de esta mecánica la encontramos en su consumo, con apenas 4,4 litros a los cien kilómetros. Y su distintivo medioambiental, pues al tener microhibridación cuenta con la etiqueta ECO. Aunque sus cifras no son de infarto el conjunto para la báscula por debajo de la tonelada, lo que le permite moverse con agilidad en entornos urbanos y velocidades legales.

Se ofrecerá con tres niveles de acabados, denominados S1, S2 y S3, con precios que van desde los 18.500 euros hasta los 22.600 en el acabado tope de gama. Estos son los precios de salida, que subirán ligeramente una vez acabados los descuentos, quedándose en 20.100 euros la versión de acceso y 24.200 la más cara de todas.