Aston Martin celebra los 60 años de su icónica colaboración con James Bond

El DB12 Goldfinger Edition ha sido creado por los expertos en diseño de Q by Aston Martin, un servicio de personalización a medida, muy similar a la «Q Branch» de las películas de Bond, que ofrece infinitas posibilidades.

Al acceder a las habilidades de los diseñadores y artesanos de Q by Aston Martin, se invita a los clientes a emprender un viaje único de personalización que abarca desde un pequeño detalle distintivo hasta la ingeniería y producción a gran escala de componentes totalmente a medida. Nada está fuera del alcance del equipo de diseño, que ofrece infinitas posibilidades para hacer de su coche una pieza única.

«La relación entre Aston Martin y la franquicia de James Bond es algo que apreciamos», ha declarado Marco Mattiacci, Global Chief Brand and Commercial Officer. «Es una ocasión increíble poder reconocer seis décadas de esta asociación con una edición especial extraordinaria, y rendir homenaje al primer -y quizás más famoso- coche Bond de Aston Martin. La incorporación de estos sutiles pero impactantes toques, desarrollados por nuestro departamento 'Q', ha creado una oferta única que los fans de Bond de todo el mundo adorarán».

«Q by Aston Martin nos permite crear vehículos verdaderamente únicos, a menudo iniciados por la imaginación de nuestros estimados clientes, y estoy encantado de poder apoyar estas ideas, por grandes o pequeñas que sean».

Lo que se ha convertido en una de las colaboraciones más notables de la historia del cine, comenzó con el lanzamiento de Goldfinger en 1964, cuando el Aston Martin DB5 hizo su debut en la gran pantalla. El DB5 se convirtió en uno de los coches más reconocibles del mundo y un paso crucial en el linaje 'DB' de la marca. Ahora, la última evolución de ese linaje también recibe tratamiento de 007.

Para conmemorar este hito y realizar un homenaje a una relación que abarca más de la mitad de los 111 años de historia de la marca, solo 60 unidades del DB12 Goldfinger Edition serán entregadas en el mundo.

Mientras que el DB5 que aparecía en Goldfinger estaba equipado con todos los artilugios necesarios para escapar de los adversarios de Bond, el DB12 Goldfinger Edition se centra en proporcionar una experiencia de conducción más gratificante al estilo James Bond, incorporando sutiles toques de la película Goldfinger.

El DB12 Goldfinger Edition realiza una primera declaración de intenciones con su icónica pintura Silver Birch, como la del DB5 en Goldfinger. Sus llamativas llantas multiradio de 21» de color plata con acabado de diamante son complementadas por pinzas de freno negras, unos estribos laterales dorados a medida y un exclusivo logotipo Aston Martin plateado con esmalte negro. Una insignia cromada brillante 'Q' confirma que este DB12 ha recibido algunos toques verdaderamente especiales.

En el interior de esta edición especial, los asientos de cuero Sport Plus están acabados en el clásico estilo acanalado del DB5, con un intrincado patrón de perforaciones a cuadros Príncipe de Gales, en un guiño a un traje clásico de James Bond. Este patrón se extiende tanto a las inserciones de las puertas como al revestimiento del techo, además de estar grabado en un exclusivo estribo. Una placa pulida en el umbral de la puerta adorna el logotipo del 60 aniversario de Goldfinger.

Los detalles interiores chapados en oro de 18 quilates añaden un elevado nivel de ultralujo al interior del vehículo y miman el tacto del conductor, decorando el selector giratorio del modo de conducción y los controles rotatorios, así como el selector de marchas con dentado, cuyo diseño se inspira en el dispositivo de rastreo dorado utilizado por Bond en la película. Este tema también continúa en las incrustaciones de las molduras, con fibras metálicas doradas entretejidas en la fibra de carbono 2X2 Twill Gloss.

Un sutil guiño para los aficionados a Bond es el «ocho de corazones» que se encuentra bordado en el parasol del conductor, en referencia a la carta vista en la última jugada que se muestra en la película durante la famosa escena de la piscina de Miami.