Los puntos de recarga para coche eléctrico en España ya superan las necesidades reales

Sin embargo, la oferta podría estar en estos momentos por encima de las necesidades reales, al tiempo que esta infraestructura ha experimentado un notable crecimiento en el último año. Así lo recoge el Anuario de Movilidad Eléctrica elaborado por la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica en España y Portugal, AEDIVE, que recoge datos acerca de la evolución e la electrificación e la automoción en España, así como las perspectivas de futuro.

Entre las principales conclusiones del estudio destaca que la infraestructura de recarga pública de alta potencia creció en España un 90 por ciento en 2023.

El año se saldó con 8.777 nuevos equipos instalados operativos y una inversión en el entorno de los 330 millones de euros. Asimismo, el ratio de uso medio de este tipo de equipos fue del 6,3%, lo que da cuenta de que el despliegue de infraestructuras de recarga públicas está muy por encima de las necesidades del parque de vehículos eléctricos actual.

Según Arturo Pérez de Lucía, director general de AEDIVE «la movilidad eléctrica sigue creciendo en España, pero es preciso acelerar su implementación para cumplir con los objetivos del PNIEC; que es necesario despolitizar la movilidad eléctrica e intensificar la colaboración público-privada y que es clave en España como eje de descarbonización, pero, sobre todo, de eficiencia energética, para impulsar estaciones de recarga, generación distribuida y almacenamiento energético».

En cuanto a las matriculaciones de vehículos 100% eléctricos, España se mantiene a la cola de Europa, pero el responsable de AEDIVE augura que «seguimos avanzando con crecimientos constantes, pero sí es cierto que estamos por debajo de otros mercados cercanos. Estoy convencido de que revertiremos la tendencia y las matriculaciones vehículos eléctricos en España crecerán de forma exponencial, porque tenemos los mimbres para ello».

En este sentido, destaca el potencial de España, donde «fabricamos toda clase de vehículos eléctricos, desarrollamos componentes de automoción para la electrificación, fabricamos puntos de recarga y centros de transformación, tenemos una industria minera potencial enorme, con la segunda mina de litio más importante de Europa, tenemos en desarrollo fábricas para el reciclaje de baterías en Castilla y León y en Navarra y también proyectos de Gigafactorías, además de una industria pionera y madura de baterías de segunda vida».

Otro dato destacable del Anuario es el consumo eléctrico en la recarga de los vehículos eléctricos, que supuso, en 2023, un total de 640 GWh, de los que 92 GWh se consumieron en la recarga pública y el resto en vinculada.

Ese consumo equivale al que realizan al año 200.000 hogares y unas emisiones evitadas de 500.000 toneladas de CO2, lo que da cuenta de la importancia que está adquiriendo el vehículo eléctrico desde las perspectivas energética y medioambiental.

«Este anuario persigue no solo ofrecer datos e información fehaciente y real, de la mano de sus protagonistas, sobre el estado de la movilidad eléctrica en España, sino también aportar un marco de conocimiento en torno a los contenidos de la edición, para administraciones públicas, medios de comunicación y la sociedad en general, a fin de superar las barreras del desconocimiento y arrojar luz a temas que despiertan interés y preocupación en el ámbito del vehículo eléctrico y su ecosistema», ha señalado Arturo Pérez de Lucia.

Respecto a las perspectivas para el período comprendido entre los años 2024 y 2028, «viviremos un cambio tecnológico con avances extraordinarios en el diseño de baterías, que condicionará las autonomías y capacidades de los vehículos eléctricos del futuro, con mayores densidades energéticas y químicas ligadas al electrolito sólido y a otras alternativas al litio».

Además, avanza la llegada de la recarga de megavatio, «para dar respuesta también a los vehículos eléctricos pesados». Con todos estos factores se podrá impulsar la producción europea de vehículos más asequibles en precio y pequeños y también la fabricación aditiva, ya presente en la automoción», explica Pérez de Lucia.

Como retos, el responsable de AEDIVE destaca que uno de los más importantes es «acometer una reforma fiscal que otorgue señales de precio en la compra de los vehículos, ya que los planes de incentivos actuales en España suponen la necesidad de que el comprador tenga pulmón financiero».

También considera necesario avanzar en aspectos como eliminar el hecho de que «las ayudas computen como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta, tal y como ya se ha hecho con las ayudas a la eficiencia energética en la edificación».

Y también «hay que seguir trabajando» para reducir las barreras en la concesión de licencias que permitan un despliegue más acelerado de las infraestructuras de recarga públicas.

Uno de los contenidos más significativos del Anuario es la encuesta que AEDIVE elabora en colaboración con AUVE (asociación de usuarios de vehículos eléctricos), y que refleja la opinión de quienes adquieren vehículos eléctricos en España. El estudio pone de manifiesto que más del 63 por ciento de los usuarios considera que se puede viajar por toda España con vehículo eléctrico y el resultado se eleva al 92 por ciento, con los usuarios que consideran que se puede viajar, aunque no por todas las comunidades autónomas.

Según Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE «la infraestructura de recarga en España nos permite hoy en día viajar sin problemas, siempre que tengamos el vehículo adecuado, y no n os encontramos más saturación en los cargadores que la que pueda haber en una estación de servicio convencional».

El 70 por ciento de los encuestados afirma que recarga el coche eléctrico en casa y más de un 11 por ciento en el lugar de trabajo, en lo que se denomina recarga vinculada y frente a la recarga pública. Como aspecto negativo refleja que más del 86 por ciento de los usuarios considera que los concesionarios no están preparados para la venta de vehículos eléctricos y la inmensa mayoría considera que el precio de compra o alquiler es lo que les resulta más difícil para acceder a la movilidad eléctrica y no la infraestructura de recarga, como se suele trasladar a la opinión pública.