Hyundai Kona 2024: cambio radical, mejora total
Probamos la versión cien por cien eléctrica de 204 caballos
Hyundai y su constante mejoría. Los productos de la firma surcoreana tienen muy poco que ver con lo que nos ofrecía la marca unas décadas ... atrás. Los saltos de calidad se suceden uno tras otro, diluyendo a base de golpetazos de realidad la imagen de marca que la firma tenía tiempo atrás. Los productos del gigante surcoreano ahora pelean de tú a tú con el resto de fabricantes europeos y en muchas ocasiones, lo superan. La segunda generación del Kona es el claro ejemplo de esta constante mejoría. Un vehículo que mejora prácticamente en todo a su primera generación y se sitúa como uno de los líderes dentro de su segmento en una compra racional. En SUR al Volante hemos tenido la oportunidad de conducirlo durante una semana, gracias a Hyundai Grupo Nieto, y contaros qué nos ha parecido la segunda generación de este superventas.
Diseño neofuturista
El lenguaje de diseño del nuevo Kona parece basarse en la corriente artística del neofuturismo gracias a un esbozo vanguardista y estéticamente innovador. Su frontal es suave y lleno de volumen. Huye de las líneas de tensión y apuesta por suavizar sus ángulos y puntos de unión. Una tira LED recorre todo el frontal bajo el capó y los faros auténticos se desplazan a los laterales. Una zona muy expuesta a posibles roces a la hora de maniobrar, aunque Hyundai asegura que el material exterior que protege los pilotos está compuesto por un material muchísimo más resistente que el de la propia carrocería.
En la vista lateral, tras el pilar B comienzan a aparecer las únicas líneas de tensión presentes en la carrocería. Estas líneas hacen que el cuarto trasero lateral del vehículo se asemeje ligeramente a su hermano mayor, el Tucson. En la trasera se replica el lenguaje de diseño frontal: formas suaves y voluminosas, unos faros desplazados a la zona baja lateral y una tira LED, de color rojo en este caso, que recorre la carrocería. El resultado final es un vehículo que destaca, con un diseño futurista que llama poderosamente la atención.
Estamos ante un coche que ha crecido muchísimo respecto a su generación anterior. La segunda generación de este B-SUV se va a los 4.355 mm de largo, 1.825 de ancho, 1.580 de alto y una distancia entre ejes de 2660 milímetros. Para que os hagáis una idea, esto supone quince centímetros más de longitud que el Kona de primera generación y apenas 2,5 centímetros menos que un SEAT Ateca. Son medidas que rozan el segmento C actual y que pertenecerían a un C-SUV puro y duro de no hace muchos años. Este estirón tiene una razón de ser sencilla. Hace relativamente poco la firma surcoreana incluía el Hyundai Bayon en su catálogo, un B-SUV que ataca el segmento por la parte baja y que se acerca poderosamente en medidas a la anterior generación del Kona. Con la presencia del Bayon y el crecimiento del nuevo Tucson a Hyundai se le quedaba un hueco muy grande entre sus SUV's del segmento B y su C-SUV, por lo que lo lógico era que el Kona creciese en sus medidas.
¿Botones y tecnología?
El interior del Kona es un golpetazo en la mesa de cómo se han de hacer las cosas. La gran mayoría de marcas caen en la tendencia cada vez más acusada de eliminar por completo la botonería y delegar todas las funciones del vehículo en la pantalla bajo la premisa de crear un habitáculo lo más moderno posible. Hyundai ha sabido crear un interior que se ve moderno sin necesidad de renunciar a la ergonomía. Es decir, conservamos botones físicos para todos los mandos de la climatización, el volumen y multitud de accesos directos al sistema de infoentretenimiento. La disposición de los elementos, los materiales y diseño utilizado para la botonería y la gran pantalla doble orientada hacia el conductor consiguen crear un ambiente futurista que no tiene nada que envidiar a algunos de sus rivales que han optado por la eliminación de todo botón posible. Además, el Kona cuenta con multitud de huecos para dejar objetos repartidos por todo el habitáculo.
Los materiales utilizados son sencillos, con plásticos duros en la gran mayoría de sus superficies. Dicho esto, son plásticos de buena calidad y el nivel de construcción es sublime, con ausencia de grillos o juntas mal rematadas. Es un interior que da la sensación de aguantar muy bien el paso del tiempo. Prueba de ello es, por ejemplo, el tacto de sus botones o la solidez de sus paneles. El sistema de infoentretenimiento funciona con mucha fluidez, tiene buena resolución y es intuitivo. El periodo de adaptación a sus diversas funciones es ínfimo.
En términos de habitabilidad, el Kona deja ver su aumento de medidas. Su maletero crece más de cien litros hasta alcanzar los 466 litros de capacidad, colocándose como uno de los referentes en su segmento. Además, si abatimos los asientos esta capacidad crece hasta los 1.300 litros de capacidad. Este crecimiento también queda patente en sus plazas traseras, donde dos adultos de talla alta podrán viajar con muchísima comodidad. La plaza central, como ocurre incluso en segmentos superiores, queda relegada a usos esporádicos. Además, el habitáculo trasero cuenta con salidas de aireación independientes, dos tomas USB-C e incluso un enchufe convencional. El mullido de los asientos, tanto delanteros como traseros, es muy confortable y permite realizar largas tiradas de kilometraje sin generar fatiga en sus ocupantes.
Mecánicas para todos los gustos y bolsillos
Uno de los aspectos en los que más brilla el Kona es en su variedad mecánica. Podremos equiparlo con motores a combustión sin ninguna clase de hibridación, mecánicas microhíbridas, híbridas convencionales, tracción delantera o a las cuatro ruedas. Y la de nuestra unidad, una versión cien por cien eléctrica que se ofrecerá con dos niveles de potencia (135 y 204 caballos) y baterías (49 kWh y 65 kWh). Nuestra unidad equipa la batería grande y el motor más prestacional, capaz de acelerar de cero a cien en 8,1 segundos y alcanzar una punta de 172 kilómetros por hora, con un par máximo de 255 Newton Metro. Según ciclo WLTP el consumo mixto de este conjunto es de 14,7 kWh cada cien kilómetros, lo que le otorgaría una autonomía de unos 500 kilómetros. La realidad es algo inferior, pero sí que podremos realizar unos nada desdeñables 400 kilómetros reales. Para cargar la batería el Kona permite carga rápida de hasta 100 kilovatios, lo que nos permite pasar del 0 al 80 por ciento de la carga en apenas 45 minutos.
Pisada de coche superior
El Kona ha ganado prácticamente en todo. Lo hace en habitabilidad y equipamiento, pero también en calidad de rodadura. Su aumento de cotas lo hacen sentirse más aplomado en carretera abierta. Más coche en general. Los trayectos en autovía con el Kona son fluidez y estabilidad. En ciudad, más aún con la motorización cien por cien eléctrica, se siente como pez en el agua. Llegar de un semáforo a otro es cuestión de segundos. Las cifras sobre el papel son buenas, pero la contundencia de su aceleración en la práctica parece muy superior. Nadie en su sano juicio necesitaría más potencia de la que trae este Kona. En puertos de montaña es, tal vez, el único aspecto en el que este Kona no supera al anterior. Su mayor distancia entre ejes y una puesta a punto que apuesta por el confort por encima de la deportividad hacen que las carreteras reviradas no sean su entorno natural. Dicho esto, tiene un buen paso por curva, la suspensión no deja balancear la carrocería en los cambios de apoyo y sus comportamientos son nobles. Si le buscas las cosquillas e intentas exceder sus límites el vehículo te avisa antes de irse, siendo más fácil descolgar la trasera que irse de morros, lo cual habla positivamente del conjunto a nivel dinámico aunque este no sea su punto fuerte. En resumidas cuentas, el Kona trae un chasis que pretende agradar al mayor número de clientes posible, con un tarado general de vehículo confortable, que sea agradable de conducir en los trayectos diarios y no fatigue al conductor o sus ocupantes. Estamos ante un vehículo que antepone la racionalidad por encima de la pasión.
Precios
Con semejante variedad mecánica los precios del Kona son muy variados. Si tenemos en cuenta los precios al contado, el nuevo B-SUV coreano parte desde los 25.190 euros para su versión de acceso a combustión y 37.950 euros para la versión cien por cien eléctrica, aunque actualmente existe una promoción sujeta a financiación con un descuento de 11.410 euros, lo que dejaría al Kona eléctrico de acceso en apenas 26.540 euros. Una cifra de lo más interesante para el mercado actual.
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