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Cómo conducir con nieve, lluvia o viento F. P.
Nieve, viento y lluvia: imprevistos que nos podemos encontrar durante el puente

Nieve, viento y lluvia: imprevistos que nos podemos encontrar durante el puente

Hay que prestar atención a las previsiones meteorológicas para evitar tener problemas en los desplazamientos

Canal Motor

Jueves, 1 de diciembre 2022, 22:01

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El puente de la constitución cae en lo más crudo del otoño, el periodo del año más delicado en cuanto a condiciones meteorológicas imprevistas, pues se trata de una estación irregular y difícilmente predecible.

Sin embargo, debemos tener claro que el frío va a ser protagonista, sean cuales sean las condiciones que le acompañen: sol, lluvia, nieve, granizo, niebla, hielo… Por eso es importante prevenir cualquier situación comprometida poniendo a punto nuestro vehículo y planificando adecuadamente el viaje.

Incertidumbre es la palabra que define las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que pronostica que la semana del 5 al 11 de diciembre podría ser más lluviosa de lo habitual en el sur y este de la Península y en los dos archipiélagos y menos lluviosa de lo normal en el extremo norte. en cuanto a las temperaturas se espera que se muevan en valores propios para la época en la mitad norte y algo más cálidas de lo normal en el sur y ambos archipiélagos.

Conducir con niebla, lluvia, nieve, hielo, viento es una práctica de riesgo que deberíamos evitar en la medida de lo posible. Sin embargo, si nos sorprenden en mitad de un viaje, hay que tener en cuenta las recomendaciones que nos ofrecen desde Alquiber.

Por ejemplo, al conducir con niebla la visibilidad se reduce drásticamente en mitad de un banco de niebla, por lo que es recomendable encender las luces de cruce y el alumbrado antiniebla siempre que la visibilidad sea reducida, adaptar la velocidad y la distancia de seguridad con el vehículo delantero (vigilando siempre su luz de freno), no frenar bruscamente y evitar adelantamientos. En el caso de que sea muy densa, podemos tomar como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada (en autopista y autovía siempre se debe circular por el carril derecho si hay niebla), pero prestando especial atención a los vehículos de dos ruedas y peatones que puedan ocupar ese espacio. Si, finalmente, la densidad de la niebla o alguna otra incidencia nos obligara a detenernos, debemos prestar atención a la señalización de nuestra posición para no sorprender a los demás conductores, encendiendo los intermitentes de emergencia, los faros y el alumbrado antiniebla.

En el caso de la lluvia, a los problemas de visibilidad también hay que sumar la pérdida de adherencia del vehículo, por lo que no sólo es recomendable encender las luces de cruce, sino también otro tipo de medidas destinadas a combatir el vaho en las lunas y en sistemas mecánicos, como orientar la calefacción interior del vehículo hacia los cristales (y limpiarlos con una bayeta seca), comprobar periódicamente la eficacia de los frenos, tocándolos suavemente para secar la humedad de las pastillas. También hay que evitar los frenazos bruscos que pueden provocar deslizamiento y aquaplaning y aumentar la distancia de seguridad con el vehículo de delante.

Si la lluvia hace que el vehículo pierda agarre, la nieve y el hielo hace que la adherencia desaparezca por completo. El uso de cadenas de nieve homologadas o neumáticos de invierno nos ayudará con este problema. También hay que tener en cuenta que los primeros copos ya convierten el asfalto en una superficie deslizante y que una nevada espesa puede ocultar señales y marcas viales, reduciendo aún más la visibilidad.

Conducir siguiendo las rodadas de los vehículos precedentes, extremando la suavidad en giros, aceleraciones y frenadas y circular con la marcha más larga posible también nos ayudará a evitar disgustos. Las demás medidas son similares a las que hay que tomar ante la niebla y la lluvia: encender las luces de cruce y alumbrado antiniebla si la nevada es muy densa, adaptar la velocidad y distancia de seguridad, no frenar bruscamente y evitar adelantamientos y, en caso de cualquier incidencia en carretera, encender inmediatamente los intermitentes de emergencia, faros y alumbrado antiniebla.

En cuanto al viento, una inesperada ráfaga de viento puede ser tan peligrosa como las situaciones meteorológicas anteriormente descritas, tanto por su fuerza (capaz de alterar la del vehículo) como por su imprevisibilidad. Ante una fuerte y súbita racha de viento surgida tras un adelantamiento, en cruces con otros vehículos, en la salida de un túnel y, en general, en lugares poco protegidos de la carretera, sólo cabe disminuir la velocidad y sujetar fuertemente el volante para evitar desviaciones peligrosas.

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