Qué debes saber antes de decidirte a comprar un coche eléctrico

Para fomentar la circulación de vehículos sin emisiones locales, en Europa se están aplicando diversos incentivos. En algunos casos, como en Noruega, hay reducción directa de impuestos al adquirir un modelo eléctrico. En Alemania, Francia o España hay incentivos en la compra y muchas ciudades europeas tienen beneficios específicos, como aparcamiento y peajes gratuitos, carriles preferentes de acceso y libre acceso de estos vehículos a zonas restringidas a la circulación.

Las ayudas recientemente aprobadas en España variarán según las emisiones del coche nuevo y obligan a achatarrar un coche antiguo. Son de hasta 4.000 euros para eléctricos y enchufables (y un descuento de 1.000 euros más por parte de la marca), siempre que su precio no exceda los 45.000 euros. En el caso de los diésel o gasolina, serán de hasta 800 euros. Se extenderán también para unidades de kilómetro 0.

Pero además de todas las claves relacionadas con las ayudas de los planes estatales, el posible comprador debería de analizar con todo detalle varios aspectos clave para saber si realmente le conviene la compra de un coche eléctrico o si debe seguir apostando por uno de combustión de bajas emisiones.

En primer lugar, conviene saber que no todos los coches eléctricos y electrificados son iguales. En primer lugar están los híbridos, con doble motor: uno de combustión, que actúa como el principal, y otro eléctrico, en el que la batería se recarga con el propio motor o cuando reduce su velocidad. En segundo lugar, está el híbrido enchufable, en el que la batería también puede recargarse directamente desde un enchufe. Finalmente, el eléctrico 100%, con propulsión exclusivamente eléctrica y recarga desde enchufe.

En el caso de los vehículos que necesiten de una toma de corriente para recargarse, disponen de dos tipos de punto de recarga: los públicos y los privados. Cualquier usuario puede instalar una estación de carga en su garaje particular o comunitario, siempre que sea colocado por un profesional autorizado y cumpla los requisitos legales.

Y si es necesario alimentar el coche en ruta, la red de alimentación eléctrica está creciendo día a día. Hoy, la UE cuenta con unos 100.000 puntos y la Comisión Europea prevé que en 2025 esta cifra se haya multiplicado por 20, hasta los 2 millones de estaciones. Se puede consultar la red de puntos disponibles accediendo a Electromaps.

Se prevé que en el próximo año Europa contará con una red de 400 estaciones de carga rápida (350kW) situadas cada 120 kilómetros para facilitar los viajes largos.

Las baterías ofrecen una autonomía que van desde los 200 kilómetros hasta más de 400. Su duración dependerá del uso que se haga del coche ya que, al contrario que los de combustión, los vehículos eléctricos consumen menos en los trayectos urbanos. «Actualmente se está preparando una gama de productos que nos permitirá escoger la autonomía en función del uso previsto del vehículo, por lo que habrá diferentes opciones de capacidad de la batería para cubrir las necesidades de todo tipo de usuarios», apunta Josep Bons, responsable de desarrollo eléctrico y electrónico de SEAT.

Los vehículos eléctricos son cada vez más accesibles. La mejora tecnológica ayuda a reducir el precio de los modelos eléctricos. Por ejemplo, el coste de las baterías se ha reducido en un 80% en la última década.

También hay que tener en cuenta que el coste de la electricidad es sensiblemente inferior al de la gasolina y el diésel. Además, se calcula que los costes de mantenimiento de un eléctrico son solo un tercio de los de un vehículo con propulsión convencional.