Comienza el sueño de Mateo Álvarez: una residencia de mayores en el Trapiche del Prado

En este sentido, Fernando Gómez Huete, del estudio de arquitectos a cargo del proyecto, ha precisado que el plazo de ejecución es de «14 meses la obra de la residencia y otros 14 meses la obra de la rehabilitación» del edificio histórico del Trapiche del Prado, incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz . «Son dos obras diferentes que están trabajando en paralelo una con otra. La obra de la residencia ha empezado y la del Trapiche está en un proceso de unas catas que ha pedido Cultura», ha detallado el arquitecto.

Así, las máquinas ya trabajan para levantar la futura residencia, que llevará el nombre de Mateo Álvarez y que contará con «un edificio longitudinal con dos plantas» paralelo al vestigio de la industria azucarera, y «una fase en la cara Oeste con tres edificios en paralelo con vistas al mar que estarán conectados con el Trapiche», según especifica Gómez Huete. Ambos inmuebles albergarán en torno a un centenar de camas para los futuros residentes.

Las dos edificaciones contarán con habitaciones dobles e individuales, con baños y otras estancias, zona de recepción y espera de visitantes, cocina, comedor, espacio de lavandería y lencería, áreas comunes y salas de estar, además de apartados para una atención especializada y enfermería. Además, la residencia cumplirá con las exigencias de la normativa de la Junta de Andalucía para posibilitar la concertación de plazas con la administración autonómica.

Por su parte, el Trapiche del Prado se destinará a estancias comunes para los ancianos, como zona de lectura, talleres y todo lo relacionado con el esparcimiento. También se ubicará el centro de interpretación, donde se difundirá el funcionamiento de la explotación de la caña de azúcar con unos recorridos que incluirán el molino y el resto de las instalaciones del edificio.

Para una tercera fase, cuya construcción comenzará el año que viene, queda otro edificio a continuación del Trapiche, también residencial, que albergará en torno a medio centenar de camas más hasta llegar a las 150 del total.

Respecto a la rehabilitación, Huete Gómez asegura que «es un proyecto complicado porque tiene un montón de requisitos y se ha tenido que estudiar toda la problemática constructiva por el abandono de muchos años y se está intentando recoger las terminaciones en fachada, los materiales utilizados con la intención de recuperar todo su esplendor y que sea un edificio que realmente invite a visitarlo». Ya que, como ha indicado la alcaldesa, se trata de «un edificio histórico considerado como uno de los mayores referentes de las fábricas azucareras de antaño» al que se le rehabilitarán sus elementos principales, como el acueducto, las cubiertas y forjados de madera y el molino de sangre, pieza única por su singularidad y valor arquitectónico.

Para la familia de Mateo Álvarez es un sueño hecho realidad. «Aquí arrancaron las puerta, se llevaron todo lo que pudieron, hasta las tejas robaron», ha explicado Fernando Martín, sobrino del donante. «Yo no confiaba nada porque hemos hecho muchas reuniones, hemos puesto la primera piedra, quebró una empresa...», ha recordado. Y es que, el Trapiche del Prado fue la casa de sus verano de infancia. «Mis tíos habrían disfrutado muchísimo con esto y mi hermano José Luis, que lucho codo a codo conmigo por sacar esto adelante y que ya no está», ha evocado nostálgico. «No sé si lo voy a necesitar o no, pero si puedo me vendré aquí a recordar mi niñez», ha dicho con una sonrisa.

La actuación, cuenta con un presupuesto total de 10 millones de euros, repartidos en 6 para residencia y 4 para el centro de interpretación, cofinanciados con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020).