El Thyssen de Málaga se alía con el nuevo centro cultural de Estepona

De este modo, el Museo Thyssen Málaga asesorará técnicamente al Consistorio durante la construcción de las instalaciones y participará en la gestión de los espacios culturales que albergarán, en cuestiones como son la distribución de los espacios, la accesibilidad, el transporte, el microclima, la seguridad, la elaboración de presupuestos y, muy principalmente, en el modelo de gestión artístico que se llevará a cabo cuando se inaugure y que se licitó en 2021 por un valor de 16.940.000 euros.

«Estamos orgullosos de aportar nuestra experiencia en estos once años de gestión de una marca de calidad como Thyssen Málaga al Ayuntamiento de Estepona, es un placer caminar junto a instituciones tan comprometidas y sensibles con la cultura», ha asegurado el gerente de la pinacoteca, Javier Ferrer, que ensalza el apoyo inestimable del Consistorio en los últimos años a la actividad artística del museo. La colaboración de las dos instituciones se remonta al año 2018 cuando se inauguró en la Casa de Tejerinas la exposición Gustavo Doré, viajero por Andalucía y Mediterráneo, y que ha llegado hasta este mismo año, cuando en marzo se presentó la muestra de la pintora alicantina Juana Francés, Antología Intima (1957-1985).

El proyecto, que cuando se licitó en enero de 2021 tenía un plazo de ejecución de 17 meses, más 6 para rematar la primera fase, tiene previsto abrir sus puertas en el primer trimestre de 2023. En lo fundamental, se ha desarrollado por debajo de la rasante de la avenida España, aprovechando el gran desnivel que existe entre la playa y el paseo marítimo, zona en la que se emplazarán todo tipo de tiendas y locales de ocio. En total la intervención urbana ocupará 15.000 metros cuadrados frente a la barriada de los Pescadores, y sobre su cubierta se abrirá una gran zona peatonal que será vigilada por la torre-mirador que se ha convertido ya en emblema del proyecto.

Destacan también dentro del espacio el conservatorio, donde se podrá realizar estudios oficiales de música, y de la que, según el Consistorio, se encargará la Junta de Andalucía en la contratación de docentes. Asimismo, también contará con un gran espacio para muestras artísticas y «una biblioteca en vertical» que tendrá doce plantas, tal y como aseguró en su día el arquitecto Moreno Peralta, quien hablaba «de dar continuidad» a todo el litoral de Estepona.

El proyecto también ha contemplado la creación de aparcamientos a disposición del futuro edificio municipal, que pretende convertirse en una seña de identidad del municipio y una atracción turística de primer nivel que tendrá acceso directo desde el mirador para todos los usuarios que quieran visitar sus instalaciones.

Desde el Ayuntamiento, se habla de conexión peatonal con el mar, en ese macroproyecto que el Gobierno Municipal denomina Estepona, Jardín de la Costa del Sol, que ha supuesto, entre otras cosas, las restricciones de tráfico en 18 kilómetros lineales pertenecientes a 130 vías de la ciudad, la ornamentación típicamente andaluza que se aprecia hoy día en sus calles y una actividad lúdica y cultural repleta de exposiciones en sus seis museos, el centro cultural Padre Manuel, el Orquidiario o la Casa de Tejerinas, donde de forma casi rutinaria se celebran conciertos, actuaciones y todo tipo de presentaciones culturales y literarias.

Estepona ha apostado por un modelo turístico diferente. En algunos foros se habla de la Viena o la Salzburgo de la Costa del Sol por la abultada agenda cultural que genera el municipio, menos orientada al espectáculo que la cercana Marbella. Solo el tiempo podrá explicar si el futuro centro sociocultural de Estepona encaja o no en su paisaje urbano, que aún conserva las trazas de pueblo de litoral y la vida discurre más apaciblemente. Estepona se quiere guapa.