El Rocío abre una sede provisional mientras acomete reformas tras perder el pulso judicial con Skina
La Hermandad trasladará sus reuniones a unos locales municipales de la Plaza de Toros durante el tiempo que dure la insonorización de sus instalaciones del Casco Antiguo
El pulso que mantienen por ruidos desde hace años, públicamente desde 2015, la Hermandad del Rocío de Marbella y el Restaurante Skina, reconocido ahora por ... la Guia Michelin con una segunda estrella, escribe hoy un nuevo capítulo con la inauguración de una sede provisional para el Rocío en la barriada de Plaza de Toros, en unos locales municipales cedidos por el Ayuntamiento para que esta organización lleve a cabo las reuniones, mientras insonoriza su sede del Casco Antiguo, en calle Rafina 4, en cumplimiento de la decisión del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Marbella, que dio la razón al restaurante tras la demanda que interpuso en 2016. El juzgado condenó a la Hermandad del Rocío por los ruidos y la obliga a insonorizar su sede del centro de la ciudad.
Tras publicarse la sentencia este verano y a pesar de recurrirse por parte de los demandados, la Hermandad solicitó al Ayuntamiento, el pasado 29 de octubre, el uso temporal de unos locales municipales situados en la avenida Reina Victoria, en los bajos de la Plaza de Toros de Marbella, con la intención de trasladar provisionalmente las reuniones que han sembrado la discordia con su vecino y sólo durante el tiempo que duren las obras de insonorización. Dicho y hecho. Un mes después, el 29 de noviembre, el Ayuntamiento resolvió favorablemente la petición, concediendo el uso temporal de los locales solicitados.
El hermano mayor del Rocío, Manuel García, subraya que, aunque la sentencia no es firme y ha sido recurrida, dado que el Rocío necesita continuar con su agenda normal para cumplir con sus compromisos, se autorizó a la Junta de Gobierno, mediante un Cabildo de hermanos, a la localización de unas nuevas instalaciones temporales que se abrirán hoy. La sede de calle Rafina continuará abierta ,de lunes a jueves, para el desarrollo de la actividad administrativa de la Hermandad.
La sentencia, que fue recurrida, falló a favor del restaurador Marcos Granda, que demandó al Rocío por ruidos
Los rocieros de Marbella, a punto de cumplir casi 30 años en esa localización del Casco Antiguo, reivindican «la buena voluntad» mostrada a lo largo de este procedimiento, tanto ahora como en el pasado, cuando retiraron mesas de la vía publica, cesaron los ensayos del coro rociero y se «endeudaron» con la compra de una nueva casa para que los hermanos tuvieran espacio suficiente en su interior y no estuvieran en la calle, con el propósito de evitar los ruidos denunciados.
Un largo proceso
El proceso judicial resuelto en primera instancia en favor de Skina llegó a los tribunales en septiembre de 2016, cuando su propietario, Marcos Granda, presentó una demanda por contaminación acústica ante el juzgado de guardia tras no conseguir resolver el conflicto por acuerdo con la Hermandad ni con la intervención del Ayuntamiento.
Tras admitirse a trámite la demanda, se celebró una audiencia previa en noviembre de 2018, en la que no hubo acuerdo, por lo que se señaló el acto del juicio para el pasado 7 de junio. En ese acto, según señala el fallo, quedó demostrado que la actividad de la Hermandad del Rocío tanto en el exterior como en el interior de la casa genera ruido que afecta al exterior y que supera el límite legal, y que esos ruidos provocan molestias a los vecinos, quienes se quejaron al Ayuntamiento sin que éste sancionara a la demandada. Durante el proceso quedó demostrado que el 12 de mayo de 2016 el Consistorio dejó sin efecto el expediente sancionador abierto tras concluir que la prueba practicada no permitía constatar los hechos denunciados ni que hubiera infracción de la ordenanza municipal de protección de los espacios públicos.
El juez constató también que la Hermandad del Rocío carece de licencia de bar y de autorización para ocupar la vía pública, así como para poner música. Y además se pronunció sobre la casa adquirida, fallando que no se había probado la realización de actuaciones tendentes a insonorizar el salón nuevo.
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