Marbella confía en una reactivación inminente del turismo árabe

2021 servirá, así se apunta desde las administraciones, como un año de «transición» en busca de la recuperación económica, prevista para los próximos dos años. Por el momento, se mantiene la incertidumbre en cuanto a si los ciudadanos árabes volverán a pasear por las calles del casco antiguo marbellí o las de Puerto Banús, aunque los conocedores del mercado se muestran optimistas ante su llegada, que es habitual después de la finalización del Ramadán – este año concluyó en mayo -, pero que esta temporada se espera a mediados del mes de julio.

Si bien es cierto que ahora mismo las reservas en los principales hoteles donde suelen hospedarse son escasas o nulas, existen matices importantes a tener en cuenta. Uno de los principales, según asegura Mónica García, del departamento comercial de los hoteles Meliá (Don Pepe y Banús) es que, a partir del 3 de julio, se retomarán los vuelos directos entre el aeropuerto de Málaga y países como Emiratos Árabes o Arabia Saudí, lo que «sin duda, se trata de un indicativo muy significativo que nos hace estar esperanzados». García señala que este tipo de cliente suele reservar sus estancias en el último minuto, por lo que se hace difícil prever en qué cantidad llegarán. «En el 2019 estas nacionalidades supusieron un 25% de nuestras reservas. Son muy importantes».

El mismo mensaje de cautela y esperanza se transmite desde uno de los enclaves más visitados por los ciudadanos de estos países, Puerto Banús. Su director comercial, David del Barrio, afirma que «se trata de un visitante que nos hace mejorar cada día, por su alto nivel de exigencia, siendo un gran conocedor de la zona, lo que le convierte prácticamente en un residente más. Para nosotros es insustituible y es parte del ADN de Puerto Banús. Esperamos que la situación mejore, como está ocurriendo, que todo vuelva a la normalidad y que sigan disfrutando de uno de sus destinos favoritos».

Uno de los establecimientos a los que este cliente es asiduo es la joyería Gómez y Molina, que cuenta con 52 años de tradición familiar. Su actual propietario es Miguel, perteneciente a la segunda generación. «Estoy en contacto semanal con gente de estas regiones y se nota que quieren venir, aprecian mucho nuestra ciudad. A partir de julio, cuando se abran los vuelos directos, vamos a tener mucho movimiento de este mercado, que gasta de media 2,5 veces más que el turista europeo», confiesa.

Como buen conocedor de este cliente, Gómez y Molina señala que «quieren ir a un destino que les aporte seguridad. Están al tanto de la evolución de la pandemia en nuestro país. Muchos cuentan con padres o abuelos que rondan entre los 60 y 80 años, por lo que quieren estar seguros de que no van a convertirse en potenciales contagiadores. Tenemos que transmitirles que aquí estarán tranquilos, en ese sentido».

Además de la seguridad, apunta el empresario, es relevante trabajar en la promoción, teniendo presencia constante en los países de Oriente Próximo. «Hay gente que viene desde hace 50 años. Hoy en día vienen sus nietos. Esos enlaces emocionales hay que cuidarlos mucho, enfatiza.