«El hombre se agarraba a la barandilla para que no se lo llevaran y lo metieron en el coche»
Los vecinos y testigos coinciden en que los delitos han aumentado y se están acercando al centro de la ciudad
«¡Cómo se está poniendo Estepona!» era el comentario que más se escuchaba en la ciudad tras los acontecimientos sucedidos la noche del martes ... cuando se registró un tiroteo y un secuestro en pleno centro. Se trata de un nuevo suceso en el que hay disparos, persecuciones, víctimas, y ya va siendo frecuente y cada vez más en el corazón de la ciudad. Es la percepción generalizada.
A las 22.30 horas la avenida España estaba repleta, como cada noche, de gente paseando y de clientes en las terrazas. Los testigos coinciden que, de pronto, escucharon lo que parecían cohetes o petardos, «pero ya nos percatamos de que eran tiros y además parecían varias pistolas disparando al mismo tiempo y la gente comenzó a correr para todas partes y a refugiarse en los bares», narraba Pepi, camarera.
Los trabajadores de Mister Noodles, donde parece que comenzó la persecución, aseguraron que la víctima no era cliente, ni estaba en esos momentos cenando en el restaurante. Una de las encargadas comentaba que «todos los clientes se metieron para dentro asustados pero estamos seguros de que no estaba aquí comiendo porque no faltaba ninguno tras el tiroteo».
Desde este restaurante la víctima comenzó la huida a pie en dirección este perseguido por un coche. Llegó a la altura del bar 'Toolone'. Un camarero del establecimiento, describe que dos o tres encapuchados (no sabe precisar la cantidad) bajaron de un BMW modelo X5 y comenzaron a disparar al aire. «Luego cogieron al hombre, que se agarraba a la barandilla de la carretera para evitar que se lo llevaran, y comenzaron a golpearlo y lo metieron en el coche», detalla. Todos los clientes salieron corriendo en todas direcciones, «como si fuera una película de acción y algunos aprovecharon y se fueron sin pagar», detalla el camarero.
Los trabajadores de 'La Bulla', otro bar de la plaza Ortiz donde se produjo el secuestro, añaden que se asustaron «porque un autobús venía pitando constantemente alertando a los peatones de que el coche de atrás venía disparando».
Los bares y restaurantes se convirtieron esa noche en refugios improvisados ya que muchos temieron que se tratara de un atentado terrorista. «Yo es que no fui consciente de nada en el momento, solamente del pánico de la gente corriendo. Nunca he vivido una situación tan estresante», comentaba angustiada una de las clientas de un restaurante.
Agentes de paisano de la Policía Nacional recorrieron en la mañana de ayer toda la avenida entrando en locales y viviendas para revisar las cámaras de seguridad instaladas en los inmuebles con el fin de poder esclarecer unos hechos que apuntan a un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico.
El comisario de la Policía Nacional de Estepona, Fernando Calleja, comentaba el pasado martes, durante el acto de celebración del día de la Policía, que Estepona es una ciudad «muy segura» pero afectada por una «delincuencia itinerante». Añadió que la presión policial en Gibraltar anima a los delincuentes a buscar «la tranquilidad».
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