Hidralia denuncia ante la policía el robo masivo de rejillas de alcantarillado

La empresa ha comenzado además a informar del caso a la ciudadanía a través de redes sociales para requerir su colaboración. «Cualquier persona que vea que en un momento dado alguien puede estar sustrayendo estas rejillas puede avisar a la policía e incluso, si es posible, hacer una fotografía para que cuanto antes se pueda tener identificado al autor o autores», explica. De momento no se tiene constancia de que se trate de un grupo de asaltantes organizados o si este repunte de las sustracciones es fruto de acciones individuales. Se investiga igualmente quiénes podrían estar recepcionando esas rejillas de alcantarillado de origen ilícito. «Se está investigando también si esas personas están actuando en connivencia con alguna chatarrería que esté recibiendo este material extraído, en concreto, en Marbella».

La empresa de aguas se encuentra, con este escenario, ante un problema doble. De un lado, el daño económico de reponer las tapas de las alcantarillas y la obra que, en la mayoría de los casos, hay que efectuar para ello. Pero además, existe el riesgo de un posible siniestro. «No es ya sólo que un vehículo pueda ver dañada, por ejemplo, la suspensión, sino que ese hueco por la falta de la rejilla sustraída pueda derivar en un accidente de tráfico grave», explica Corral.

Urbanizaciones ubicadas en zonas aisladas, pero también calles en pleno centro de la ciudad, o vías de salida desde la autovía. Ningún rincón escapa a la acción de estos ladrones en busca de piezas de fundición de gran peso y, por tanto, de alto precio en la venta en chatarrerías.

Desde hace tiempo, las empresas están optando por un modelo específico de rejillas de imbornales antirrobo, fijadas mediante una visagra e imposible de sustraer. Sin embargo, en las ciudades siguen existiendo miles de tapas del estilo más tradicional, encajadas en un marco y fácilmente sustraible haciendo palanca con un objeto punzante. A la hora de reponerlas, como subraya el gerente de Hidralia, no es una acción inmediata. «Hablamos de rejillas que no tienen un tamaño estándar y en la mayoría de los casos hay que picar el entorno para cambiar el marco. Todo ello, tras señalizar la zona y enviar a los operarios», indica Carlos Corral.

¿Cuánto cuesta reponer una de estas rejillas? El precio de la unidad puede alcanzar los 30 o 50 euros. No muy alto, sí, el problema está en que, como explica el gerente de la empresa, en la gran mayoría de los casos la reposición conlleva otras tareas que pueden elevar cada acción individual a un mínimo de 200 euros. Hagan la cuenta y con las 172 tapas que han volado desde noviembre pasado la cuenta iría ya por los 34.400 euros.

Ante este panorama «es importante la colaboración ciudadana, que no duden en avisar cuando vean que se puede estar sustrayendo una de esas rejillas, pero además cuando se encuentren con algún imbornal al que le falte la tapa o que pueda haber sido tapado con algún objeto no adecuado», advierte.