Julián Muñoz, esperanzado en conseguir la semilibertad en unos 20 días

El letrado confía en que el tercer grado concedido a Julián Muñoz por enfermedad muy grave con padecimiento incurable haga que la Junta de Tratamiento dicte un régimen "flexible" para que pueda recuperarse junto con su familia en un ambiente adecuado y hospitalario.

"Está muy emocionado porque se sentía desahuciado, prácticamente había perdido la esperanza, pero al conocer la noticia tuvo mucha emoción, al igual que sus hijas y la familia", ha subrayado el abogado.

En un plazo "inminente", según García Cabrera, se conocerá la decisión de la Junta de Tratamientos que determinará el régimen y las características del tercer grado.

A pregunta de los periodistas, el letrado ha señalado que "es evidente que el tercer grado desemboca en una libertad condicional pero que hay que ir poco a poco, demostrando que está arrepentido y que todo lo que ha dicho es verdad".

Por todo ello, el letrado de Muñoz espera que el régimen que se establezca sea justo, flexible y que atienda a sus circunstancias personales porque tiene un estado muy delicado.

El pasado viernes la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga confirmó la concesión del tercer grado por concurrencia del supuesto especial contenido en el artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario de enfermedad muy grave con padecimiento incurable.

Esta mañana Muñoz ha comparecido en el juicio que se sigue contra él por la operación urbanística en la finca "El Pinillo" de Marbella (Málaga) y se ha mostrado cabizbajo y con dificultad para moverse y escuchar al tribunal, por lo que ha sido ayudado por su compañero de banquillo, el exasesor urbanístico y cerebro del caso Malaya, Juan Antonio Roca.

Durante el juicio, el tribunal ha resuelto parte de las cuestiones previas planteadas la semana pasada por los letrados personadas en el procedimiento y que han conllevado que cuatro de los procesados se hayan levantado del banquillo de los acusados por prescripción de los delitos que se les acusaba.

Muñoz tiene entre sus dolencias cardiopatía isquémica-hipertensiva, diabetes mellitus tipo I, dislipemia, arteriopatía sistémica con stent ilíaco, insuficiencia venosa, hipoacusia bilateral, adenoma de próstata, artrosis cervical, ictus sin secuelas neurológicas y aneurisma de aorta.

Uno de los informes señala que el riesgo de muerte para Muñoz es superior al 50 por ciento en cinco años a pesar del tratamiento, y otro estudio alerta de un "grave riesgo de padecer algún evento fatal en plazo breve".

El último informe, con fecha de 17 de julio, revela una "pérdida de peso en relación con los exámenes previos, claudicación intermitente de extremidades inferiores, desviación de la comisura bucal hacia la derecha con babeo constante, pérdida de masa muscular y mala ventilación de lóbulos inferiores pulmonares", aunque precisa que en este momento no se puede considerar un enfermo terminal.

En los últimos juicios en los que ha tenido que comparecer Julián Muñoz como acusado siempre ha pedido al tribunal solo asistir los días que tuviese que declarar debido a que se sentía con pocas fuerzas y con miedo a no poder "aguantar", petición que ha sido aceptada por los diferentes magistrados.