Detenidos un matrimonio y su hijo acusados de explotar sexualmente a nueve mujeres

La investigación comenzó en junio del año pasado, cuando dos de las chicas pidieron auxilio a un vecino, al que contaron que estaban encerradas en la vivienda. Poco después, la policía recibió una llamada de otra de las víctimas a través del teléfono gratuito contra la trata de seres humanos (900105090). La mujer, de origen magrebí, contó a los agentes los abusos a los que, según decía, estaba siendo sometida por parte de la organización.

Su testimonio fue clave. Los investigadores lograron identificar a nueve víctimas marroquíes, sudamericanas y españolas, de las cuales cinco accedieron a denunciar y relataron a los agentes la situación en la que vivían. Según informó ayer la Dirección General de la Policía, las mujeres eran captadas en sus países de origen mediante anuncios en Internet que ofrecían unas «condiciones laborales engañosas».

Las chicas manifestaron que, una vez llegaban al prostíbulo, debían someterse a un casting que realizaba el cabeza de familia, a quien además se le imputan presuntos delitos de agresión sexual y abusos. Para la policía, él y su mujer se habrían encargado de gestionar el negocio con la supuesta colaboración de su hijo, mayor de edad, que habría tenido como principal misión vigilar a las chicas.

Tras pasar esa prueba, donde se les requerían servicios sexuales como los que después iban a prestar, empezaban a trabajar en la casa, pero no en las condiciones que ellas creían. Para empezar, explican fuentes de la investigación, no tenían la capacidad de decidir si querían estar o con un cliente. Tampoco percibían, según sus testimonios, los cantidades acordadas, ya que les hacían contraer falsas deudas por diversas razones, como pago de multas por comportamientos indebidos, gastos de alquiler, lavandería o incluso por exhibir sus fotos en páginas de contactos.

El chalé de alquiler estaba repartido en tres estancias. En una de ellas vivía el matrimonio con su hijo; en otra de las zonas era donde las víctimas ejercían la prostitución; y la tercera, el sótano, una especie de barracón con literas donde vivían las chicas sin unas condiciones mínimas de higiene ni apenas ventilación, llegando a dormir hasta ocho mujeres en el mismo espacio.

Amenazas

Las víctimas relataron a los agentes que no podían moverse de allí salvo para estar con algún cliente. Si se les ocurría quejarse de su situación, supuestamente eran amenazadas con una pistola, que resultó ser simulada y que fue intervenida durante la operación policial. Si necesitaban salir para hacer alguna compra, eran acompañadas por el hijo del matrimonio.

Tras los arrestos, los agentes registraron el chalé, donde intervinieron material informático, teléfonos móviles, 3.205 euros en efectivo, el BMW X5 que usaba la familia y documentación que acreditaría los delitos imputados a los supuestos miembros de esta organización. Se localizaron además tres cajas fuertes en el interior de una dependencia escondida, a la que sólo se podía acceder mediante un sofisticado sistema de apertura oculto tras un espejo.

La operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013 y que motivó la activación de la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos. A lo largo de la primera fase, de abril de 2013 a diciembre de 2014, se realizaron 462 operaciones que se saldaron con 1.450 detenidos y 11.751 víctimas potenciales detectadas.