A Ojén sí le importa Alaska
Fangoria enloquece al Ojeando en la noche más electrónica del festival, que se despide con lleno en los conciertos y en las calles
Regina Sotorrío
Domingo, 6 de julio 2014, 12:30
Puede que a uno le guste el pop independiente y que a otro le tire más el rock alternativo, pero cuando suena 'A quién le ... importa' con Alaska rodeada de cuatro bailarines enfundados hasta el extremo en sus mallas...todos saltan y se desgañitan con el "yo soy así, así seguiré, nunca cambiaré". Alrededor de 2.300 gargantas, el aforo completo del Escenario Patio del Ojeando, cantaron junto a Fangoria temas recientes como 'Dramas y comedias' o 'Absolutamente' -con un "viva Sara Montiel" incluido- y clásicos de la época de Dinarama como 'Perlas ensangrentadas' o 'Mil campanas', el tema que puso fin a una actuación en la que Alaska se lo pasó "bomba", como ella misma confesó.
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El otro Ojeando
En el escenario de Ojén, Fangoria ofreció su 'show' completo, con un juego de luces y colores inusual de ver en festivales de estas características, y con sensuales coreografías de su cuerpo de baile. Fue todo un espectáculo que enloqueció al público de Ojeando. La querían a ella, sí; pero cualquier indicio de ver a Mario Vaquerizo entre bambalinas destaba también los gritos de histeria. El poder de la televisión.
Fue la actuación central de una noche cargada de electrónica de principio a fin. Desde Copa Turbo, los jovencísimos ganadores del certamen Nuevos Talentos de Ojeando, hasta Mendetz, que lograron el reto de mantener al público despierto pasadas las tres de la mañana con sus descargas electrónicas de autoría propia y guiños a otros, como el que hicieron a Gala. Estuvieron comunicativos, divertidos y ofrecieron una muy buena actuación.
Antes que ellos, los chicos vascos de Grises hicieron retumbar el patio del colegio Los Llanos con su electropop crudo y directo y con una enérgica Amancay Gaztañaga sobre las tablas. La joven es el alma de los directos, capaz de contagiar con sus extraños movimientos a la audiencia y crear así la catarsis del baile.
Y como la excepción confirma la regla, la nota no-electrónica de la jornada la puso La Habitación Roja. Ellos, como era de esperar, no defraudaron. Son ya muchos años de oficio en esto. La banda se centró sobre todo en su repertorio más reciente, con canciones como 'La moneda en el aire' y 'Ayer'. Tocaron en aquel primer Ojeando de 2008 que empezaba a abrirse camino en la agenda inidie y anoche, como confesaron, notaron el cambio. Esto va para arriba.
Tras un viernes con menos afluencia de la habitual, el sábado por fin se colgó el 'no hay billetes' por tercer año consecutivo. Lleno en los conciertos y en las calles. "Hoy mucho mejor que ayer", repetían los comerciantes. Y el año que viene, más.
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