Skina se traslada en busca de la tercera estrella Michelín

El nuevo Skina abrirá sus puertas el próximo 3 de junio en el número 7 de la avenida Cánovas del Castillo, junto al pirulí marbellí. El establecimiento tendrá capacidad para 18 personas y un privado para 12 y contará con diferentes espacios tanto en el interior como en el exterior. Cuenta con unos 800 metros cuadrados divididos en planta alta y baja y ha sido diseñados por el arquitecto Juan Antonio Serra y el estudio de interiorismo Yolanda Meneses.

Granda reconoce que llevaba tiempo estudiando el cambio de Skina, ya que el anterior local -que cerró definitivamente el pasado sábado- «daba para lo que daba». La nueva ubicación lleva en obras desde el pasado mes de diciembre y las reservas para el estreno ya están disponibles. «Ahora voy a hacer el restaurante que tenía en mente desde siempre», apunta.

Con el nuevo Skina, Granda aspira a lograr la tercera estrella Michelín, aunque es algo que no le obsesiona de momento. Lo importante ahora -señala- «es seguir mejorando la experiencia sin obsesionarnos con el éxito final, que serían las tres estrellas».

Granda seguirá contando con el equipo y la familia que lo acompaña desde hace años. Entre ellos, Jesús Urda, que atiende en sala desde hace más de una década, y Mario Cachinero, jefe de cocina desde hace siete años. Cachinero contribuyó no solo a revalidar la primera estrella, obtenida en diciembre de 2008, sino también a alcanzar la segunda en 2019. Además de los dos Soles Repsol y de haber sido elegido en diciembre de 2021 con el Young Chef Award.

En cuanto a la cocina, su identidad andaluza no cambia. Sigue siendo una cocina muy reconocible cuya esencia tiene mucho del recetario tradicional siempre con la técnica y creatividad del equipo de cocina, con el mejor producto y con la mirada puesta en una experiencia altamente cualitativa no solo para el paladar, sino para todos los sentidos. Destacará y mucho la bodega. Porque éste es el lugar en el que Marcos Granda reúne la colección que ha atesorado en este tiempo y la comparte con sus clientes.

En el nuevo establecimiento -anuncia- volcará la suma de la experiencia como camarero, sumiller, y amante de la atención y el trato con el cliente. Los clientes serán recibidos en la bodega, donde tendrá lugar el primer pase. El segundo, los snacks, se servirán en una mesa central, en la cocina, y el resto de la experiencia se desarrollará en el salón.

Como complemento al restaurante, Granda ha creado un área consagrada al I+D del grupo con una bodega en la que tendrán lugar experiencias todavía más cualitativas, y un champagne bar con capacidad para 29 personas y con más de 2.000 referencias en carta, muchos de ellos por copas. En dicho espacio habrá también una carta sencilla con diez platos para acompañar, entre los que se encuentran ostras o tartar y con un cubierto medio de 100 euros.