La Taberna del 34, el encanto del tapeo en un mercado de barrio

En uno de los cuatro o cinco locales reservados para bares y cafeterías, todos ubicados en las galerías exteriores, acaba de arrancar el nuevo proyecto del cocinero José Andrés Jiménez y su compañera y socia Vanesa Moreno, que será quien esté a pie de barra en La Taberna del 34.

Después de lograr transformar el bar familiar Almijara en una casa de comidas de referencia del barrio del Perchel por su mezcla de tradición e innovación, la pareja se ha implicado con ilusión y buen criterio en la tarea de dar vida a un auténtico y cuidado bar de mercado de barrio, con una carta sencilla, económica y atractiva, y la respuesta no se ha hecho esperar. Nada más abrir sus puertas, se ha granjeado una clientela fiel.

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El éxito radica en clásicos infalibles bien resueltos, como los pinchos de langostinos y de cerdo, las croquetas de puchero caseras, flamenquines, y, en el apartado de guisos, unos caracoles en salsa y unos callos excelentes. Una oferta que se completa con tablas (en realidad, papelones encerados al estilo antiguo) de embutidos de Casabermeja, salchichón de Málaga y quesos El Pinsapo.

Otra propuesta estrella son sus 'Manolitos': molletitos rellenos de cresta con o sin pique, de pringá del puchero o de lomito con su aliño. En el capítulo de pescados, aparte de una oferta fija de atún en manteca, bacalao rebozado con alioli y boquerones fritos, La Taberna del 34 va jugando con la oferta diaria del mercado. Y para beber, junto a la Victoria de grifo y el vermú de barril de Dimobe, ofrecen una pequeña selección de vinos tintos y blancos que incluyen referencias malagueñas y, algo interesante: también vinos tradicionales malagueños asociados en otro tiempo al tapeo de taberna como el pajarete. Hasta la hora del cierre sirven también algunos combinados. Precios populares para una oferta cuidada.