Mi Niña Lola, en Málaga: una joven apuesta por la alta cocina en La Coracha

El local que corona el mirador de La Coracha es uno de los mejores emplazamientos posibles en Málaga para un restaurante gastronómico. Espléndida terraza, vistas ... incomparables, sitio céntrico pero tranquilo. Hacía falta una propuesta ambiciosa, y esa es la parte de la que se han encargado Pablo Rullant Caña y Miguel del Valle, dos jóvenes cocineros con una formación sólida y curtidos a las órdenes de Diego Gallegos en Sollo (1 estrella Michelin), donde Miguel ejerció de jefe de cocina. Empezaron por una inspirada adecuación del espacio interior, con un mobiliario minimalista pero cómodo, pensado para jugar con la textura de las paredes de piedra y sobre todo, para dar protagonismo a las vistas (aunque, si hace buen tiempo, la terraza también es perfecta para el almuerzo o la cena). En la carta, breve pero atractiva, se conjuga el dominio de la técnica con el amor por los sabores potentes y equilibrados. Entrantes como el boquerón en vinagre sobre pan de cristal y los buñuelos aéreos de bacalao son bocados de alta cocina. El pan de cristal es un crujiente transparente de fécula, y el buñuelo aéreo es sutil y sabroso. Sabor también tiene la ensaladilla rusa, que se convierte en un plato costeado al añadirle a una ensaladilla buena de base, carabineros apenas acariciados por el fuego, jugo de vaca y trufa.

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