Probamos una de las cartas de croquetas más extensas de España: está en Málaga

Empecemos con los sabores, que como veis no son pocos: buey Minhota, marisco, setas, cocido, pringá, jamón, chistorras a la sidra, chorizo de ardales, pinchito de vaca madurada, rubia gallega, atún y pimientos rojos, berenjenas con miel y queso de cabra, queso de cabra y verduritas, chipirón en su tinta, rabo de toro, bacalao negro y marisco, queso azul y cebolla caramelizada, black angus, pulpo, carabinero, gambas al pil pil, salmón y gorgonzola, morcilla, lacón gallego al toque de Pimentón de la Vera, txangurro, gulas, pollo y curry, cochinillo y manzana, enchilada, boloñesa, carbonara, foie y jamón, lomo en manteca y mejillón tigre. Según nos cuenta Agustín Faciaben, uno de los propietarios, asegura que todas las croquetas son caseras. Elaboradas en el restaurante, nada de obrador.

Las croquetas de mejillón tigre, txangurro y gulas no estaban disponibles el día de nuestra visita. Todas las demás las hemos probado.

La conclusión es clara: con semejante cantidad de croquetas es inevitable encontrar luces y sombras. La de atún o pulpo, por ejemplo, están algo más secas que el resto de croquetas en la carta y su sabor es algo insípido para nuestro gusto. Hay que tener en cuenta, además, que no todas las tandas salen igual y no todas se fríen igual. Cuando fríes cientos de croquetas al día algunas remesas quedan mejor cocinadas que otras. Es normal que a algunas sobrepasen su punto exacto de frito o que otras salgan más aceitosas. Pero en general le tienen muy bien cogido el punto.

Pero aquí hemos venido a hablar de las mejores, no de las que pasan desapercibidas.

Buen rebozado, cremosas y con su punto exacto de sal. Las de pollo al curry están muy bien conseguidas. El sabor del pollo queda patente y no queda eclipsado por el potente sabor del curry. El secreto para esto es dejar los ingredientes por separado. Es una croqueta de pollo a la antigua usanza, pero con un corazón relleno de salsa de curry que explota en boca.

La más cremosa de todas. Si eres fan del queso esta es tu croqueta. Son densas, pero sin llegar a ser pesadas. El queso de cabra queda latente, pero tampoco es excesivamente fuerte como para hacerla una croqueta de culto para un grupo reducido. Incluso si eres fan del queso, pero no te gustan los quesos fuertes, creo que disfrutarás esta croqueta.

Directa al podio gracias a la originalidad de su sabor. Aquí el queso de cabra pasa a un segundo plano, aunque está presente. El toque de las berenjenas con miel está muy presente, tanto es así que es protagonista. Su textura también es algo distinta gracias a la berenjena. Es de esos sabores que, por diferente, merece la pena probar.

Muy cremosas y con una cobertura crujiente. Su sabor es intenso, con predominancia del foie en su sabor. Es de los sabores más potentes de toda la carta de croquetas. Un segundo puesto muy reñido con el primero.

Una de las que más sale de toda la carta. Y con razón. La croqueta de buey Minhota es el entrante perfecto para los más cárnicos. Recoge toda la esencia de la carne con la que se ha elaborado. Calificarlas de cremosas sería un error, ya que estas croquetas más que cremosas son líquidas. De esas que es mejor comérselas de un solo bocado para evitar que se nos desparramen por todo el plato. Un merecido primer puesto que arrasa en carta.

A gustos colores y a croquetas, Selvática. Este es nuestro ranking de croquetas que no te puedes perder, pero entre tantos sabores puede que tu predilecta sea otra. Ahora bien, si eliges una de estas cinco, creemos que acertarás.