El público encuentra irresistibles los programas sobre chefs y cocina, que suelen alcanzar altas cifras de audiencia. La mayoría son clones de formatos similares de ... televisiones extranjeras. El 'Great British Bakeoff' (no tiene traducción), por ejemplo, se puede disfrutar en lugares tan lejanos como Uruguay y Australia, al igual que 'Kitchen Nightmares' ('Pesadilla en la cocina') del chef británico Gordon Ramsay. Se rumorea que los espectadores más entusiastas son chefs y restauradores, seguramente para regodearse del mal ajeno. España tiene su propio Ramsay, aunque su perfil esté muy lejos del carismático chef inglés. La grosería es uno de los recursos indispensables para el rol, y Alberto Chicote la desarrolla bien, sabedor de que la conflictividad excita a la audiencia. El logro de Chicote al dar el salto al modesto estrellato de la televisión es digno de elogio, pero desafortunadamente parece haber tenido poco talento en cuestión del rescate de restaurantes, que es de lo que se trataba.
Tampoco parece muy ducho en mejorar la gestión de negocios: un total de 17 restaurantes de los que han sido 'rescatados' a lo largo de la historia del programa tuvieron que cerrar a los pocos meses. Tal ha sido el desastre, que los malhadados establecimientos que terminaron convertidos en chatarra por el efecto Chicote han constituido una plataforma. Además, el programa, transmitido por La Sexta, ha estado involucrado en varios pleitos, porque los dueños de los restaurantes aseguran que todo se exageraba y que las polémicas fueron forzadas con la intención de aumentar las cifras de audiencia.
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