El mercado de Salamanca estrena un bar especializado en croquetas

La Kroquetería se encuentra en uno de los laterales del recinto, en la esquina de las calles Salamanca y Tirso de Molina y está especializado en producto andaluz. Abre de martes a sábado de 9.30 a 16 horas y ofrece tanto desayunos como un amplio tapeo en el que destacan hasta ocho variedades distintas de croquetas.

Raúl M. Retamero cuenta en esta aventura con la compañía de Vanessa Chamizo, que es quien se encuentra habitualmente al frente de la barra y del negocio. Además de las croquetas, presumen de sus gildas, sus chicharrones y sus carrilladas. También cuentan con diferentes variedades de cervezas, vermuts y vinos de la región.

El propietario explica que llevaban tiempo queriendo abrir un negocio de este tipo, ya que considera que el tapeo se está perdiendo en Málaga. Por eso pensaron en abrir un negocio cerca del Centro y se encontraron con la opción de abrir en el mercado. «Nos gustó mucho el rollo de este mercado y pensamos en abrir un bar pensado para tapear, que es algo que nos gusta mucho y cada vez es más complicado de encontrar».

Al igual que Kanival, que se encuentra en Huelin, La Kroquetería también está ubicada en un barrio porque les encanta establecer contacto con los clientes y no sólo contar con público de paso. «Apostamos por las croquetas porque es un producto que funciona muy bien y porque queríamos diferenciarnos», señala.

El negocio lo abrieron el pasado mes de febrero y de momento cuentan con una gran acogida, tanto de clientes del barrio como de personas que acuden a comprar al mercado. «Quienes lo prueban, repiten». Inicialmente funcionan en horario de mercado, aunque ya han comenzado a mover los hilos para tratar de abrir por la tarde, ya que consideran que permitiría generar más movimiento en el barrio y atraer a nuevos visitantes.

A nivel gastronómico ofrecen croquetas de boletus y trufa, carrillada, berenjena, rabo de toro, pollo, pringá, gambas al pil-pil y salchichón. Las venden a 1,85 euros la unidad ó 8,95 euros la ración. También tienen cuatro tipos distintos de gildas a dos euros cada una o diferentes platos como carrillada al vino tinto, solomillo encebollao o jibia en salsa.

Pero los proyectos de este empresario no se quedan aquí. Retamero también se ha quedado con otros dos módulos en la parte opuesta del mercado (en la calle Salomón) en donde prevé abrir dos negocios diferentes. En uno de ellos quiere montar un bar especializado en conservas de alta calidad, y en el otro un negocio de churros rellenos para llevar. El objetivo es poder abrir cada uno de ellos en el plazo de dos meses.

Sobre Kanival Burger recuerda que abrió hace tres años y medio y que le está funcionando muy bien. Aunque al principio le costó arrancar, ahora se ha hecho con una importante clientela fija gracias a su apuesta por ingredientes de calidad y, fundamentalmente, por el producto andaluz.

De hecho, Retamero ya se plantea que la empresa crezca en un futuro a medio plazo. De momento no tienen nuevos locales a la vista, pero entiende que el concepto podría crecer para copar más mercado pese a la gran competencia que hay en el mundo de la hamburguesa.