Madrid Fusión se ocupa del turismo gastronómico
La edición 2022 acoge el I Meeting Internacional. Por el foro han pasado referentes como Joan Roca, esta vez para explicar la propuesta de Casa Cacao, hotel temático de los Roca en torno al chocolate artesano en Girona
«Dentro del caleidoscopio en el que se ha convertido Madrid Fusión, el turismo gastronómico tenía que tener su lugar, porque es un arma cargada ... de futuro». Con estas palabras abría Benjamín Lana, responsable de Vocento Gastronomía, el I Meeting Internacional de Turismo Gastronómico, organizado por Turium y Saborea España.
La jornada duró un solo día, pero en palabras de Germán Jiménez, director general de Turium, «ha permitido ofrecer una perspectiva de algunas de las más interesantes recetas de éxito, porque la gastronomía es claramente un activo fundamental, ya no solo como complemento, sino como dinamizador turístico, pero igual que cualquier otro segmento especializado, las claves para competir son excelencia y capacidad de comunicación del destino».
Por el foro han pasado referentes como Joan Roca, esta vez para explicar la propuesta de Casa Cacao, hotel temático de los Roca en torno al chocolate artesano en Girona, o Gastón Acurio, para reflexionar acerca del papel fundamental que la gastronomía ha tenido en el lanzamiento internacional de Perú como destino turístico. En ambos casos, sus experiencias demuestran que la oferta gastronómica puede ser la primera piedra de un destino, como ha sucedido con El Celler de Can Roca, o el elemento dinamizador y capaz de comunicar toda la oferta de un país. «La creación de mixtura, unas acciones en las que invitábamos a chefs de primera línea internacional a venir a Perú, ha sido nuestra mejor promoción», decía Acurio.
Otras experiencias han mostrado cómo la excelencia y la diferenciación pueden ser una oportunidad para preservar el mundo rural. El chef Jesús Sánchez, que abrió su Cenador de Amós (tres estrellas Michelin, estrella verde Michelin, tres soles Repsol) en una aldea cántabra de 300 habitantes y de difícil acceso por carretera. «Hace 30 años, lo que hicimos parecía una locura, pero hoy la gente que llega hasta nosotros lo hace precisamente buscando eso, porque el concepto de lujo está cambiando, y lujo es un lugar donde el tiempo se detiene», reflexionaba.
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