La exclusiva picaña de wagyu al carbón que se puede comer en Marbella

La cocina gira en torno a los productos allegados de sus fincas en Ávila, bajo la filosofía 'Organic Mood', una apuesta por lo ecológico, que representa su compromiso con una cocina de proximidad y calidad. En Roostiq, las verduras se consumen únicamente en temporada, mientras que los embutidos de bellota y los pollos, que pastan en libertad, provienen de las propias fincas del restaurante. Esta misma premisa la comparten sus otros dos espacios en la capital del país: Roostiq Madrid y, el recientemente abierto, Roostiq Bar.

Desde la sala, los comensales pueden observar con detalle el constante movimiento de la cocina, el arder de sus dos hornos de leña, donde elaboran las pizzas de masa previamente fermentada en frío durante 72 horas, y la parrilla de carbón. En este espacio, la propuesta culinaria es totalmente franca, sin trampa ni cartón, los alimentos pasan siempre por brasas buscando el sabor más sincero de carnes, pescados y vegetales. Sin olvidarnos de sus afamados torreznos, muy crujientes, hechos al horno y ligeramente ahumados. Su maridaje recomendado, una copa de champán donde la acidez del vino incita a seguir degustando este bocado.

La picaña de wagyu, una raza bovina originaria de Japón, no es para menos. Primero se deja atemperar y luego se desliza en la parrilla. Entre sus guarniciones, ideales para acompañar esta carne, están la lechuga y cebolleta de su huerta ecológica, la rúcula aliñada con aceite de oliva virgen extra, las patatas fritas en sartén o el puré de patatas trufado, al estilo del cocinero francés Joël Robuchon. Hay más. Los pimientos del piquillo confitados o verduritas baby, ambos terminados al horno de leña.

Asimismo, Roostiq Marbella propone un apartado dedicado a las verduras y los huevos ecológicos. Platos como las habitas a la llama con yema de huevo, las espinacas a la brasa y huevo frito -a las que se le incorpora pequeños dados de torreznos-, los puerros al horno de leña o la ensalada César de kale, una variedad de col rizada, acompañada de pechuga de pollo con croutons y queso parmesano rallado.

Deja sitio para el postre. Es irresistible no caer en la tentación de pedir dos de sus postres más populares: la tarta de queso acompañada de nata montada y licor amaretto y el tiramisú con crema fluida de mascarpone, terminado ante el cliente. Su fundador Zoilo Álvarez es quién diseña la carta de todos los restaurantes mientras que su hermana, Raquel, firma las recetas dulces.

Y si buscan exclusividad, aquí la van a encontrar ya que esta sede marbellí cuenta con Roostiq Privé, en la planta superior, con capacidad para 15 comensales con el fondo de una bodega particular y una gran mesa diseñada para brindar momentos únicos en un ambiente refinado.