¿Consumimos pescado?

Además, Andalucía se ha consolidado como referente internacional, exportando productos pesqueros frescos y elaborados por valor de 409 millones de euros a países tan variados como Japón, Alemania, Países Bajos o Estados Unidos. Este dato refleja no solo calidad, sino competitividad y capacidad de innovación.

Sin embargo, hay una paradoja preocupante. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de pescado en España ha caído a mínimos históricos: apenas 18,16 kilos por persona al año, frente a los 27,20 de hace doce años. Es la cifra más baja desde que hay registros. Esto supone un tercio menos y se aleja peligrosamente de las recomendaciones sanitarias, que aconsejan más de 31 kilos anuales para una dieta equilibrada, según el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan). Es más, la Fundación Española del Corazón (FEC) afirma que el consumo de omega 3, presente en pescados azules como el atún, el bonito, el boquerón, la caballa, el jurel, el salmón o la sardina, contribuye a mantener los niveles normales de colesterol.

Esta desconexión entre producción y consumo exige una reflexión. ¿De qué sirve ser líderes en exportación si en nuestras mesas el pescado se convierte en un producto ocasional? Es urgente repensar políticas de educación alimentaria, incentivar el consumo local y garantizar precios accesibles para que el pescado deje de ser visto como un lujo.