TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Hago esta reflexión para tratar de explicar que el fútbol toma otros derroteros. Las plantillas tienen fecha de caducidad en junio. Apenas se da continuidad a los bloques. Los agentes dominan el cotarro y se ponen las botas cada seis meses, y la mayoría de jugadores hoy acabarán sus carreras jugando en una larga lista de conjuntos, muchos a uno por año. Paradójicamente, los medios locales llevamos casi un mes sin 'alimento' que echarnos a la boca. El Málaga ha fichado al hijo del entrenador. Más allá de ello, intuimos que no parece que haya problemas para que siga Juan Carlos, y que Roberto y Baysse (este me gusta mucho) pueden ser los fichajes más inminentes si nada se tuerce. El caso es que la etapa de las despedidas de soltero en Ibiza o el postureo en las redes sociales se aleja, la fecha del regreso se acerca, y a Arnau le está luciendo muy poco todo su tiempo invertido en gestiones. Hasta Míchel -no sólo el aficionado- se impacienta. Sí, casi tan importante como fichar bien es hacerlo pronto, para dar tiempo al ensamblaje, al trabajo conjunto, pero tenemos ejemplos cercanos que lo relativizan; sin ir más lejos, el del Alavés de Pellegrino, con un equipo nuevo.

El fútbol evoluciona, y casi no nos damos cuenta. Pero también hay retrógrados que se ponen la venda antes de la herida. He oído hablar muchas veces de 'encerrona' en torno a esta fase de ascenso del Malagueño, y no de que el filial, casi un juvenil, no encuentre argumentos, futbolísticos o de otro tipo cuando el rival sólo busca la intimidación. Su calidad es superior. Hay que jugar, competir y dejarse de excusas.