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ÑITO SALAS
Sadiku, ante otra ocasión para reivindicarse

Sadiku, ante otra ocasión para reivindicarse

El delantero, que lleva un notable número de goles, vive su peor momento cara a portería y quiere desquitarse ante el Zaragoza

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Sábado, 7 de marzo 2020, 01:46

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Sadiku puso el listón alto y acostumbró al Málaga con un ritmo de goles notable (acumula diez tantos, cuatro de penalti). Por eso, en cuanto desafina lo más mínimo se le nota. Ocurre ahora que, por poco, está atravesando por su período más largo de sequía. Lleva tres partidos completos, unos 270 minutos, sin acertar cara a portería. Y no será por ocasiones. Precisamente por eso se hacen más visibles sus temporales problemas de puntería. El delantero albanés sigue disfrutando de oportunidades para marcar, pero en todas falló la finalización, un aspecto clave y que le plantea un reto para mejorar.

Sadiku ha demostrado que es un delantero con mucha movilidad, fajador en la lucha con los defensas rivales y con habilidad para el desmarque, pero no termina de alcanzar el sobresaliente por su definición en las acciones en movimiento. Su último gol en jugada –luego marcó de penalti contra el Numancia confirmando que domina, junto a Adrián (que lleva también 4 tantos de penalti), el arte de marcar desde el punto fatídico– fue hace cinco jornadas en el partido contra el Mirandés en La Rosaleda (que acabó 2-2). Precisamente con un decisivo remate en una acción rápida y donde su anticipación fue clave para que el portero rival no puediera hacer nada para responder.

Pero en los últimos encuentros no termina de encontrarse cómodo en esas acciones y se le ve cada vez más frustrado por eso durante los encuentros. Por poner un inicio, esta mala racha personal se produjo en el partido contra el Elche. Allí comenzó esta especie de sequía, que. al ser tan corta. sólo habla bien de la cadencia anotadora del 'nueve' malaguista.

Conviente recordar que llegó de urgencia, cobrando el salario mínimo, en el último día de mercado ante la ausencia de delanteros de la plantilla y con el beneplácito de LaLiga para que el Levante asumiera la mayoría de su ficha. El precedente en el Martínez Valero coincidió también con el único momento de flaqueza del Málaga desde que Pellicer desembarcó en el banquillo. Luego, curiosamente, el equipo ha encontrado otras vías para el ataque y se ha limado la dependencia del albanés. Apareció la revelación goleadora de Lombán y se estrenó Tete entre medias.

Elche, punto de inflexión

En ese choque disputado en el Martínez Valero el día después del frenético final de mercado de fichajes –cuando Sadiku rechazó una oferta, con mejores condiciones económicas, del fútbol israelí– el delantero albanés no se repuso de un fallo clamoroso a puerta vacía. Desde ahí el gesto de Sadiku se ha tornado un lamento continuo. Pero los que siguen al atacante en su día a día consideran que es cuestión de tiempo que acabe regresando a la senda del gol porque su trabajo y actitud es ejemplar.

Es uno de los jugadores que más proyectan la felicidad actual de plantilla con un sinfín de bromas y carantoñas. Pero eso no quita que la presión pese sobre el albanés, cansado de oír los «uys» en vez de sus goles, y que además mira de reojo la próxima convocatoria de su selección nacional para los compromisos internacionales (cabe recordar que el portero Munir ha sido incluido en la prelista con Marruecos).

Sadiku cuenta con toda la confianza del cuerpo técnico, consciente de su compromiso, pero en la recámara aprieta la presencia de Buenacasa, a quien el equipo de Pellicer también cuida para que se sienta integrado y útil. De momento, el delantero maño, que llegó como primer refuerzo de invierno en el Málaga, es el que más 'desconectado' está, sin apenas minutos después de lesionarse hasta dos veces desde su llegada.

Ante el Zaragoza, un partido que planteará una gran exigencia de concentración por el nivel que posee el rival, Sadiku tiene otra oportunidad para reivindicarse como el jugador más decisivo del equipo. En el que será un encuentro cerrado, sus ocasiones se antojan claves para desequilibrar la balanza. En la evolución ofensiva del Málaga con Pellicer, se ha ido prescindiendo de él como referencia en balones aéreos y eso supone también una obligación para transformarse en un mejor rematador para unirse a la buena dinámica del equipo como protagonista directo. Sin espinas.

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