La Rosaleda, cerrada por una epidemia 30 años después
El Málaga-Logroñés tuvo que ser aplazado en enero de 1990 debido a que más de una docena de componentes del equipo riojano padecían gripe
No fue por una pandemia, por el coronavirus, pero sí por una epidemia. En este caso, de gripe. El estadio La Rosaleda vuelve a tener ... cerradas sus puertas treinta años después. Sucedió en la última temporada del desaparecido Club Deportivo Málaga en la élite, la 1989-90, con el rival, el Logroñés, afectado por la situación vírica de varios de los componentes de la plantilla. Durante las tres últimas décadas se han vivido algunas situaciones extradeportivas que han condicionado la disputa de un partido en La Rosaleda.
El domingo 5 de enero de 1997 el Málaga-Granada, correspondiente a la Liga en el grupo IV de Segunda B, no pudo celebrarse debido a la tromba de agua que cayó horas antes de la hora fijada para el comienzo, las 12.30. Aquello echó por tierra la fiesta que se había preparado con la presencia de numerosos niños en la víspera de la festividad de los Reyes Magos. Finalmente se disputó el 29 de ese mes y concluyó con empate a cero, la cuarta igualada consecutiva del conjunto entrenado por José Manuel Díaz-Novoa. También la lluvia condicionó casi un año antes otro encuentro en el recinto de Martiricos, en este caso con la visita del Macael en el que era el tercer partido bajo la batuta de José Antonio Jiménez Rueda tras sustituir en el banquillo malaguista a Antonio Benítez.
Aquel partido, del que sólo se jugaron 38 minutos hasta que el árbitro ceutí Matoso Aguilar optó por suspenderlo con 0-0, será bien recordado por el hoy entrenador blanquiazul, Sergio Pellicer, porque formaba parte del once titular. El periodo restante se celebró el 28 de febrero y le permitió al Málaga obtener el triunfo gracias a un gol de Sousa. Aquellos partidos ya eran con la denominación de Málaga Club de Fútbol, no así como en aquel Málaga- Logroñés previsto para el 28 de enero de 1990 y al que el equipo, bajo la batuta de Benítez, llegaba con cierta moral después de haber encadenado dos empates a domicilio, contra el Tenerife (2-2, con goles de Ruiz y Matosas, este de penalti) y el Celta (1-1, con tanto de Toledano).
El aplazamiento del encuentro obedeció a la gripe que asoló al conjunto riojano, más de una docena de sus efectivos, a lo que se sumaron las bajas obligadas de otros por sanción y lesión. La Federación Española dio el visto bueno a la petición del club de Las Gaunas y aquello supuso un contratiempo para el equipo blanquiazul, que tres días después rendía visita al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. Allí perdió por 2-0, con sendos goles de Futre, en una jornada triste porque se produjo el fallecimiento ese último día de enero del recordado Pepe Gol, el apelativo con el que era conocido el periodista malagueño José Amador, una de las voces inolvidables de la histórica Radio Juventud. Finalmente el Málaga-Logroñés se disputó el 21 de marzo y fue un jarro de agua fría para un Málaga muy limitado en el capítulo goleador.
El equipo cayó por 0-2 en su sexta derrota consecutiva, lo que le hizo caer a la cuarta posición por la cola. El resto es sobradamente conocido: los fichajes de Usuariaga y Charles apenas aportaron réditos ofensivos -el primero, con una espectacular arrancada, no tenía el gol entre sus virtudes (como se demostró en el Camp Nou) mientras que el segundo se lesionó a las primeras de cambio-, el conjunto de Benítez se vio abocado a la promoción con el Español, y en esta cayó en los penaltis en La Rosaleda tras sendos 1-0. Fue aquella tarde en la que el guardameta Jaro tuvo en sus botas la permanencia, pero, al contrario de lo que era habitual en los entrenamientos, no marcó. Posteriormente, en la 'muerte súbita', marcaron Matosas y Merino y falló Villa en el octavo lanzamiento.
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