El empate en Cartagena tiene un doble análisis: sirve para el objetivo, o sea sumar para llegar a los 50 puntos (que este año no ... serán necesarios para mantener la categoría, al tiempo); pero no sirve para que los aficionados malaguistas, tan necesitados de ello, nos ilusionemos con alcanzar esa sexta plaza soñada que, además, a tenor de lo sucedido en las últimas temporadas, casi siempre catapulta a Primera. O sea, que como suma para alcanzar el objetivo, fue un buen resultado, pero como no vale para que volvamos a soñar con metas más altas, pues es un escaso botín.
Cartagonova era un campo para pensar en lo máximo, o sea con los tres puntos, pero el segundo tiempo del Málaga ante el Tenerife bajaba cualquier humo... Cada partido es un mundo, sí, pero pronto nos dimos cuenta casi todos anoche, incluido Pellicer, que la pájara no se la habían quitado de encima los blanquiazules, que pronto encajaron un gol, de verbena, a los 14 minutos logrado por Beto, que volvió loco a un perdido Alex González, que se 'quitó del medio' cuando el balón le pasó por delante. No sólo estaba mal el venezolano, sino que su compatriota Mejías, lo acompañaba, el malagueño Quintana no superaba la responsabilidad de su titularidad, y Rahmani simplemente no estaba, entre otros muchos desbarajustes. El Málaga se vio superado durante no pocas fases del choque por los locales, un equipo del montón que sin embargo parecía aspirante a logros muy superiores por los errores de su contrario. Tiros al palo, ocasiones, extraño desconcierto malacitano... sí, pero los de Cartagena no machacaron, y cuando eso ocurre en el fútbol, pues ya saben, sale el canterano Julio, da un pase de tacón maravilloso, el portero que lo paraba todo falla y Jozabed sólo tiene que empujar la pelota... Todo iba mal, fatal, un pésimo partido, pero al final un punto. Sí, sirve, pero no; no sirve. Sumamos para los 50 pero nos alejamos de la posición 6. El fútbol es cuestión de números. Ya lo ven.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
