La puerta sigue abierta para Rolón

Que el argentino está fuera de los planes del actual Málaga es evidente. Sólo suma 115 minutos en todo lo que va de temporada entre tres partidos (dos de Liga y uno de Copa) y no entra en una convocatoria desde hace meses. Y es el único que se queda sin convocar por decisión técnica. Desde el club le han insistido en que debe salir, pero el jugador se resiste a marcharse. Su entorno confirma que durante las últimas semanas se han esmerado en buscar un destino al que pueda irse cedido, aunque sea hasta final de temporada y para solucionar su situación de ostracismo temporal. Porque que esté sin jugar es dañino para todas las partes.

Cada semana que pasa se devalúa aún más. Y esto preocupa en el Málaga, consciente de la gran apuesta económica que pesa sobre el jugador, fichado por 3,2 millones en 2017. Una operación con el sello del jeque Al-Thani, que le puso además una clásula de rescisión desorbitada: 60 millones de euros (20 millones más que la de Cecchini, también inexplicable). Aunque este último sí decidió irse cuando vio que no tenía hueco en el equipo y ya ha encadenado su cuarta cesión desde que pertenece al Málaga (jugó en el León de México, regresó a Banfield, se fue luego al Seattle de la MLS y hace unas semanas recaló en el Unión de Santa Fe). El club pagó, con la supervisión de Francesc Arnau como director deportivo, algo más de cuatro millones.

Rolón sí se marchó cedido una vez. Durante la temporada pasada estuvo en el Génova, de la Primera italiana, donde tuvo un rendimiento reseñable (1.042 minutos en 19 partidos). Pero a estas alturas ha perdido su cartel en el fútbol europeo y sólo acumula opciones en ligas menores, en Estados Unidos principalmente, pero también con posibilidad de ir a México e incluso regresar a Argentina, donde tendría varias opciones. Aunque ninguna rompe la firme decisión del jugador de no salir del equipo. Entiende que merece una oportunidad y que puede aportar.

Aunque la realidad no es esta y, llegados a este punto, su salida se postula como una necesidad. En primer lugar por cuestiones económicas. Como ya publicó SUR, Rolón supone un esfuerzo económico de más de 1,5 millones por temporada, que viene de la amortización anual de su fichaje (25 % de 4,2 millones), del salario fijo y variable, de los derechos de imagen y la cuota a la Seguridad Social, principalmente, sin contar otras variables menos relevantes.

Y por supuesto, porque sin jugar se agotan las opciones de conseguir un futuro rédito por él. Y luego, porque ocupa una ficha de profesional que no está rindiendo (ya sea por falta de oportunidades o de nivel), que en el actual escenario, donde el Málaga sólo puede tener 18 jugadores del primer equipo, se convierte en un condicionante aún mayor. Además, el club reforzó la posición del centro del campo de manera indirecta en el pasado mercado al repescar al canterano José Carlos, que estaba jugando en El Ejido. Aunque este se incorporará al filial, su vuelta está condicionada a que tenga proyección en el primer equipo, con hueco para el protagonismo de un filial más con la conversión de Antoñín a profesional.

Por todo lo anterior, la puerta sigue abierta para Rolón, que aún puede salir del equipo a través de alguno de los mercados que continúan abiertos. Son los casos del fútbol ruso, chino, estadounidense o argentino, entre otros, donde existen equipos que podrían asumir la ficha del dorsal 14 malaguista. En Estados Unidos, aún de pretemporada, abren el mercado de invierno este viernes y lo cierran el 1 de mayo. En China concluye el día 28, y en Argentina, también el viernes, por poner algunos ejemplos (que también puede servir para recibir alguna oferta de venta por otros jugadores).

Pero es también obvio que para que su salida tenga algún efecto no debe retrasarse en exceso. Y es que además de reactivar la progresión de jugadores, el Málaga podría aliviar gastos durante una fase de la temporada y optar a una nueva ficha del primer equipo, que podría destinar a alguna opción interesante en el mercado de jugadores libres. Lo que queda claro es que la actual coyuntura es negativa, y sería conveniente una solución para no terminar por convertirse en un lastre futuro para todas las partes.