Una nueva muestra de falta de imaginación en la renovación automática de Antoñín
A pesar de la visible actuación defensiva, los de Víctor volvieron a evidenciar su falta de calidad en la creación
El Málaga es como una manta pequeña, que cuando quieres taparte la cabeza se te quedan los pies al aire, y ocurre lo mismo ... al contrario. Esa es la sensación que proyecta cuando después de encontrar su mejor versión en defensa, con 296 minutos sin encajar un gol, no alcanza a culminar esa ventaja con tantos a favor que le hagan avanzar más rápido en la tabla, y por tanto sigue atado a las zonas de abajo. Y por lo visto en Almendralejo, no es sólo un problema de delanteros.
El Málaga no marca en la mitad de sus partidos, aunque encadena 296 minutos sin encajar un gol
El equipo de Víctor, que mutó en varios esquemas de juego durante los noventa minutos, lo que también supone un 'hándicap' porque ya se ha demostrado que juega mejor cuando tiene los conceptos más claros, acusó su clara falta de calidad. Apenas tuvieron ocasiones de gol y Sadiku se fue frustrado (fue sustituido por el debutante Julio en el minuto 89) al sólo disfrutar de una ocasión de remate y fue en una acción de córner.
Renovación de Antoñín
A balón parado y en apenas un par de centros por las bandas, llegó el único peligro malaguista en ataque ante un Extremadura de circustancias y con carencias más evidentes. Antoñín (que fue noticia también porque al jugar su décimo partido con más de 45 minutos renovó su contrato de manera automática hasta 2023, aunque la negociación con los agentes para que sea profesional no parece florecer) tuvo el único remate a puerta del partido para el Málaga y fue de cabeza en los primeros minutos.
El resto de disparos (un total de cuatro) ni inquietaron a Casto, el veterano guardameta rival. Excepto un remate de Renato que se fue demasiado alto, el Málaga no tuvo capacidad para triangular y encontrar espacios en la defensa rival. Se echó en falta al Dani Pacheco de las últimas semanas, al que Víctor sustituyó por Benkhemasa, un perfil antagónico, dejando a Juanpi en el banquillo. La actuación deja de nuevo señalado al venezolano, que cada partido va tachando fieles de la lista de los que creen en su recuperación.
Fue un Málaga también que arriesgó menos de los que se esperaba. Habló Munir durante la semana de salir con el cuchillo entre los dientes, y no fue del todo así. De hecho, el Málaga tuvo más el balón que los últimos partidos (un 51% de posesión) precisamente porque lo usó para contemporizar. Con el partido de ayer, el Málaga registra diez partidos (la mitad de lo que va de Liga) en los que no ha conseguido marcar un gol.
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