Muere Bustillo, el delantero que acabó brillando como centrocampista en el Málaga

Miguel Ángel Bustillo llegó al Málaga después de una grave lesión que truncó su carrera. Había nacido en Zaragoza, en cuyo equipo titular había disputado tres temporadas, y después fue fichado por el Barcelona. Los problemas físicos provocaron que solo jugara tres partidos en cuatro años.

Su llegada al Málaga estuvo inicialmente plagada de dudas, porque no eran pocos los aficionados que pensaban que se trataba de un fichaje arriesgado, pero pronto él convenció con su rendimiento en el campo. De hecho, su balance incluye casi centenar y medio de partidos (en concreto, 147) y 30 goles en cinco temporadas como malaguista. Vivió parte del llamado 'quinquenio de oro' y, como llegó en la campaña 72-73, vivió muy de cerca la fractura social por el enfrentamiento entre los partidarios de Marcel Domingo y los de Viberti.

Bustillo llegó para jugar como delantero y, si bien en su primer año no pudo desbancar como extremo derecho a Álvarez (que entonces era mucho Álvarez) o a Roldán como delantero, se convirtió en una alternativa muy fiable. Fue en su segunda temporada, la 73-74, cuando ya comenzó a asentarse como titular en la tripleta de ataque junto a Orozco y Guerini. Era el Málaga un equipo compensado que no hacía muchos goles y que finalmente solo quedó séptimo (debió quedar más arriba) por la guerra Marcel-Viberti.

Pero quizá el mejor recuerdo de Bustillo sea en un puesto más retrasado, cundo Pavic lo colocó en el centro del campo. Ahí, con mucha llegada y libertad, hizo valer sus virtudes para ser uno de los artífices en el retorno a Primera en la temporada 75-76. Estuvo por encima incluso de los números del delantero centro, Orozco, y con trece goles solo se vio superado por Quevedo. En esa zona se mantuvo la campaña siguiente, saldada con descenso, e incluso llegó a ser el más utilizado en su puesto sin disputar un excesivo número de partidos. Con 30 años se acabó su carrera al más alto nivel. Pero en el Málaga vivió gratísimos recuerdos, los mismos que él dejó entre los aficionados malaguistas.